יום חמישי, 26 במאי 2016

Bejukotái, aliah de viernes, Iesód en la semana

Bejukotái, aliah de viernes, Iesód en la semana. Vaikra-Lev. 27,22: "Y si el campo de entre lo adquirido, que no es (parte) del campo de su heredad, consagrare a Hashém".
Hay la parcela que es para el hombre heredad, el lugar que desde lo Alto fue destinado para él y para su descendencia, para legarlo a perpetuidad, para construirlo y extraer de él frutos dulces, simiente de hombre que se asemejan a su Creador en sus cualidades, y viven en shalóm con el manantial para hacer shalóm sobre las faces del campo. Y hay el campo, la tierra o todo bien material, que se halla en manos del hombre por vía de comercio, o como modo en que cobró deudas, y en esencia no es suyo, sino que es suyo sólo por una cuestión del momento, para una vuelta bien definida en los ciclos de la materia de las manos de uno a las de su prójimo. Y hay el hombre que consagra de lo suyo al tesoro del templo para redimir almas, y no lo consagra de la tierra de su heredad sino de tierra adquirida, de un campo que por los senderos del comercio llegó a sus manos a cambio del valor de los años de cosecha que dará hasta el próximo iovél-jubileo, en que retornará a quien le pertenece esencialmente por heredad perpetua. "Y si el campo de entre lo adquirido, que no es (parte) del campo de su heredad, consagrare a Hashém" -nuestro verso entero, con valor 3136-, en pérdida directa de lo que le costó una inversión para obtener beneficio por algunos años; y todo por el cariño  y la afección a lo sagrado, el amor por el deleite de la luz verdadera que conducirá al hombre libre, al hombre que adquirió para sí jerút (el nivel de libertad basado en el conocimiento cabal de la ley justa), hasta la conciencia firme de alegría-simjáh. [Bamidbar-Num. 29,7] "Y gritaremos a Hashém y atenderá a nuestra voz, y enviará un ángel, y nos sacará de Mitsráim; y he que estamos en Kadésh, ciudad en el extremo de tu frontera"; porque salimos de la situación de esclavitud en Mitsráim -empezamos a salir ya desde que gritamos-, y de la servidumbre salimos con gran prisa, para saltar sobre el abismo de la confusión que puede producir la libertad repentina, y llegar hasta Kadésh-consagra, la ciudad en el extremo de la frontera entre el mundo natural y el mundo de conciencia que eleva al hombre hasta por encima de la naturaleza. Y desde allí, verán los sacerdotes de la congregación la señal, y se aprontarán, [Sam.2 15,29] "y devolverá Tsadók y Eviatár el tabernáculo del E-lokím a Ierushaláim, y se asentarán alí"; pues [Tehilim 119,166]  "imploré por tu ieshuáh-redención, Hashém, y tus mitsvót-preceptos hice"; y he la oportunidad de gueUláh.
Y todo ésto por mérito de que trajo para elevar también "campo de entre lo adquirido" ("sdéh miknató" = 905) para expresar: [Tehilim 25,6]  "Evoca-activa tus misericordias Hashém y tus actos de piedad, pues desde siempre (desde el mundo todo) son". El eligió convertir en sagrado también el "campo de entre lo adquirido, que no es (parte) del campo de su heredad" ("sdéh miknató Ashér ló misdéh Ajuzató" = 2208), [Jos. 6,12] "y se levantará Iehoshúa en la mañana, e izarán los cohaním-sacerdotes el tabernáculo de Hashém", y todo el pueblo se levantarán para traer (Shemot-Ex. 12,3) "cada hombre, un cabrito para cada casa de padres, un cabrito por hogar" ("Ish séh lebéit Avót séh labáit"), en ofrenda que le conecta al Uno y único y singular, y le conduce por sus caminos sobre las faces del mundo para enmendarlo. Por tanto, (Crón.2 19,7) "sea el temor de Hashém sobre vosotros; cuidad y haced, pues no hay con Hashém iniquidad o favoritismo" ("iehí pájad Hashém 'aleijém shimrú ve'asú ki Ein 'im Hashém E-lokéinu 'avláh umesó paním"). Y Hashém, (Job 42,12) "bendijo el fin de Job más (aún) que su inicio" ("beráj Et Ajarít Ióv mereShitó").


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