יום שבת, 19 במרץ 2016

Tsav, aliah de domingo, Jesed en la semana

Tsáv, aliah de domingo, Jésed en la semana. Vaikra-Lev. 6,6: "Fuego perpetuo arderá sobre el altar, no se apagará".
Tiempo de agradecer a Hashém en fuego. Fuego que se inviste de Hod (la sefiráh del reconocimiento-gratitud-eco, desde la que ascenderá la novia-creación hasta el novio-Creador, cual si quemando los diním-rigores que recibió de Maljút-reinado), para elevar en humo a los cielos lo que ofrenda el hombre a su E-lokím. Y te ha sido ordenado que ese fuego arda siempre, no donde pueda resultar devastador para tu mundo, sino justamente sobre el altar que representa como una mesa sobre la que ofrendarás de tí, en metáfora patente de un estar dándote a tí mismo por ofrenda, creatura cuya pequeñez se desvanece en su reacogerse al Creador. "Fuego perpetuo arderá sobre el altar, no se apagará" -nuestro verso entero, con valor 1885-. Y ese sacrificio se expresará en tu apego completo al camino de Hashém, para asemejarte a las cualidades de lo Amo de todo, desde el declarar que [Devarim-Deut. 2,27] "pasaré por tu tierra, en el camino en el camino iré, no me desviaré a derecha e izquierda". Porque la sacralidad del hombre está por encima de toda otra sacralidad, hasta el punto en que dirá Hashém que (Reyes1 8,16) "no elegí una ciudad de (entre) todas las tribus de Israel" ("ló bajárti be'ír mikól shivtéi israEl"), no el lugar es lo elegido sino el hombre que invierte en adquirir la aptitud de ser elegido, y por medio de la sacralidad del hombre se revelará la sacralidad en el lugar y en el tiempo.
Sobre el altar, "fuego perpetuo" ("Esh tamíd" = 755) es fuego (Bereshit-Gen. 27,27) "que lo bendijo Hashém" ("Ashér berajó Hashém"), que te conecta a tí -que lo cuidas y mantienes- con todos los precedentes, cuyas acciones tú renuevas y vivificas en tu propio acto, a tu decir con satisfacción que (Bereshit-Gen. 43,28) "shalóm para tu siervo, para nuestro padre, aún vive" ("shalóm le'avdejá leAvínu 'odénu jái"). Pues todo tiempo que el fuego vive, hay un conducto abierto a cuyo través (Vaikra-Lev. 17,4) "aproximar una ofrenda a Hashém" ("lehakrív korbán laHashém") para expiar y prolongar misericordia; y desde todo lugar físico u psíquico en que te halles, ascenderás a la senda que él abre a tus pasos, y por su camino, (Prov. 26,27) "a él retornarás" ("Eláv tashúv"). 
Pues el secreto del fuego es que "arderá sobre el altar, no se apagará" ("tukád 'al hamizbéaj lo tijbéh" = 1130), (Jos. 4,24) "para poner en conocimiento de todos los pueblos de la tierra" ("lemá'an dá'at kól 'améi haArets") (Jer. 22,9) "(a) el pacto de Hashém su E-lokím" ("Et brít Hashém E-lokeihém") que fue concertado (Ez. 47,22) "para vosotros y para los conversos-prosélitos que viven en-entre vosotros" ("lajém ulehaguerím hagarím betojajém"). (Is. 56,7) "Y les traeré al monte de mi sacralidad" ("vahaviOtím El hár kodshí"); (Zac. 9,13) "y despertaré a tus hijos Tsión" ("ve'orárti banáij tsión") (Crón.1 16,6) "ante el tabernáculo del pacto del E-lokím" ("lifnéi Arón brít haE-lokím"), para cumplir el objetivo trascendental del haber la Toráh grabada en sus corazones, para que incidan de ella sobre el mundo con amor. Y advendrá redentor, y no hay más maldad de Mitsráim sino sólo el shalóm de Israel, con felicidad y amor contagiosos y expansivos.

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