Sheminí, aliah de viernes, Iesód en la semana. Vaikra-Lev. 11,8: "De sus carnes no comeréis y en sus despojos no tocaréis; impuros son para vosotros".
Antes de que te ocupes de hacer bien, asegúrate aislarte del mal; y aléjate de todas las tentaciones de tumAh (lo opuesto a la pureza-taharáh) que vienen a probarte: "de sus carnes no comeréis y en sus despojos no tocaréis" ("mibsarám ló toJélu ubenivlatám ló tigá'u" = 2110), porque todo contacto y aún la proximidad a ellos propicia desgracia; como argumentará Moshéh, tras el episodio del becerro de oro: [Shemot-Ex. 32,21] "Y dirá Moshéh a Aharón: ¿Qué te hizo el pueblo éste, que trajiste sobre él un pecado grande?". Y entonces, hacia lo Alto: [Crón.2 6,2] "Y yo he construido una casa majestuosa para tí, y una morada para tu asiento perpetuo".
En tu conciencia depurada y rectificada, que te aleja de todo cuanto "impuros son para vosotros" ("tmeIm hém lajám" = 235), yace el secreto de ser Hashém sólo, (Devarim-Deut. 3,22) "él, el que lucha por vosotros (en lugar vuestro)" ("hú haniljám lajém") contra vuestros enemigos (Ez. 5,8) "y pone éxito en sus manos" ("umátslaj bidehóm"), pues (Bamidbar-Num. 10,35) "se dispersarán tus enemigos" ("iafútsu Oivéja") cuando se cumpla que sólo (Tehilim 142,2) "a Hashém clamaré" ("El Hashém Ez'ák"); (Shemot-Ex. 12,27) "y se postrará el pueblo" ("vaikód ha'ám") con humildad y entrega (Daniel 5,13) "ante el rey" ("kadám málka"). (Shemot-Ex. 14,22) "Y las aguas les son muralla" ("vehamáim lahém jomáh"), las aguas que representan a las fuerzas de Jésed-piedad-amor, y en particular tus propias aguas (que son tus actos de amor), se constituyen para tí en muro defensivo respecto de todo mal, y tú te deleitas (Is. 2,5) "en la luz de Hashém" ("beOr Hashém") cuyos conductos (Jue. 5,2) "gotean aguas" ("natfú máim") pues la luz sublime conduce hacia tí las fuerzas de Jesed de lo Alto, (Is. 59,20) "y viene a Tsión el redentor" ("ubá letsión goEl").
Antes de que te ocupes de hacer bien, asegúrate aislarte del mal; y aléjate de todas las tentaciones de tumAh (lo opuesto a la pureza-taharáh) que vienen a probarte: "de sus carnes no comeréis y en sus despojos no tocaréis" ("mibsarám ló toJélu ubenivlatám ló tigá'u" = 2110), porque todo contacto y aún la proximidad a ellos propicia desgracia; como argumentará Moshéh, tras el episodio del becerro de oro: [Shemot-Ex. 32,21] "Y dirá Moshéh a Aharón: ¿Qué te hizo el pueblo éste, que trajiste sobre él un pecado grande?". Y entonces, hacia lo Alto: [Crón.2 6,2] "Y yo he construido una casa majestuosa para tí, y una morada para tu asiento perpetuo".
En tu conciencia depurada y rectificada, que te aleja de todo cuanto "impuros son para vosotros" ("tmeIm hém lajám" = 235), yace el secreto de ser Hashém sólo, (Devarim-Deut. 3,22) "él, el que lucha por vosotros (en lugar vuestro)" ("hú haniljám lajém") contra vuestros enemigos (Ez. 5,8) "y pone éxito en sus manos" ("umátslaj bidehóm"), pues (Bamidbar-Num. 10,35) "se dispersarán tus enemigos" ("iafútsu Oivéja") cuando se cumpla que sólo (Tehilim 142,2) "a Hashém clamaré" ("El Hashém Ez'ák"); (Shemot-Ex. 12,27) "y se postrará el pueblo" ("vaikód ha'ám") con humildad y entrega (Daniel 5,13) "ante el rey" ("kadám málka"). (Shemot-Ex. 14,22) "Y las aguas les son muralla" ("vehamáim lahém jomáh"), las aguas que representan a las fuerzas de Jésed-piedad-amor, y en particular tus propias aguas (que son tus actos de amor), se constituyen para tí en muro defensivo respecto de todo mal, y tú te deleitas (Is. 2,5) "en la luz de Hashém" ("beOr Hashém") cuyos conductos (Jue. 5,2) "gotean aguas" ("natfú máim") pues la luz sublime conduce hacia tí las fuerzas de Jesed de lo Alto, (Is. 59,20) "y viene a Tsión el redentor" ("ubá letsión goEl").
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