יום שישי, 5 בפברואר 2016

Mishpatim, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

Mishpatím, aliah de shabat kodesh, Maljút en la semana. Shemot-Ex. 23,32: "No cerrarás con ellos y con sus dioses (ningún) pacto".
¿Quién es el enemigo? Ese que hace "culto extraño" ("'avodáh zaráh" = 299), idolatría, y refuta la supervisión del Creador (Bereshit-Gen. 31,2) "y he que no está con él" ("vehinéh Einénu 'imó"), y él pone desprecio (Sam.2 16,23) "en la palabra del E-lokím" ("bidvár haE-lokím") y en la verdad y en la solidaridad recíproca entre los pobladores del mundo; (Job 17,10) "y no hallaré en vosotros un sabio" ("veló Emtsá bajém jajám"). El problema con él no es su relación con el Creador; el problema es la ausencia de lo absoluto en su vida, de líneas éticas y morales continuas. El enemigo es el que está envuelto en actividades de "culto de ídolos" ("'avodát Elilím" = 603) enfrentado a (Shemot-Ex. 24,17) "los hijos de Israel" ("bnéi israEl") que se apegan a las cualidades paradigmáticas de Hashém que (Shemot-Ex. 34,7) "reparte piedad a los miles" ("notsér jésed laAlafím"), (Bamidbar-Num. 23,23) "porque no hay adivinador-serpiente en Iaakóv" ("ki ló najásh beia'akóv") que se aferra sólo a Hashém (Is. 44,17) "y elevará su plegaria a él" ("vaitpalél Eláv"): (Nej. 1,5) "Ya Hashém E-lokím de los cielos, el E-l grande" ("Ana Hashém E-lokéi hashamáim haE-l hagadól"); él legará las leyes del Creador a toda su descendencia para incidir con bien en el mundo.
La figura del enemigo se constituye desde la imposibilidad de confiar en él, de que no es posible creerle u confiar en su palabra, porque él no guarda fidelidad a los fundamentos absolutos de la justicia y la verdad. A su respecto, está dicho: "No cerrarás con ellos y con sus dioses (ningún) pacto" ("ló tijrót lahém uleE-lokeihém brít" = 1865) y aún expresa tu gratitud cada día en términos de [Tehilim 124,6] "Bendito Hashém que no nos entregó como presa para sus dientes". Y no obstante, el hombre recto y de buen corazón llorará en su plegaria también por el enemigo, como diciendo (Sam.2 19,1) "quién dará mi muerte en lugar de la tuya" ("mí itén motí tajtéja"), porque el hecho de que haya un malvado en el mundo sólo prueba que no hemos logrado abrir sus ojos a la verdad, atraerlo a desear shalóm y a construirlo con nosotros, como está prometido: (Tehilim 134,35) "se acabarán los pecados de la tierra, y malvados ya no hay" ("itámu jataIm min haArets uresha'ím 'od Einám" = 1717), sólo por caminos de amabilidad y shalóm, (Jos. 8,22) "hasta no dejarle ni sobreviviente ni fugitivo alguno" ("'ad biltí hishIr ló saríd upalít"); y todo ello por fuerza de amor y desde la conciencia solidaria; y eso es de verdad (Jer. 3,23) "la redención de Israel" ("teshu'át israEl") que consiste en la rectificación del mundo para bien. Bendice, alma mía, a Hashém, Halelui-áh.

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