יום שלישי, 5 בינואר 2016

vaErá, aliah de miércoles, Netsaj en la semana

vaErá, aliah de miércoles, Nétsaj en la semana. Shemot-Ex. 8,3: "Y harán así los brujos con sus susurros, y subirán a las ranas sobre la tierra de Mitsráim".
Todos los actores de la obra están ubicados en sus lugares, y representan sus roles. Hashém sentenció: ya no hay más elección en manos de Mitsráim. Bajo el liderazgo de Faraón, su rey e ídolo él mismo, Mitsráim ingresó a un tobogán del que ya no saldrá como era. El gesto para la puesta en marcha de los azotes está en manos de Moshéh y Aharón, mas he aquí, que por orden de Hashém traen ellos sobre Mitsráim a las ranas, "y harán así los brujos con sus susurros, y subirán a las ranas sobre la tierra de Mitsráim" -nuestro verso entero con valor 2663-: desasidas sus maldad y vanidad de toda lógica y razón, los brujos reaccionan pidiendo demostrar que ellos también pueden; y adquieren el raro honor de cooperar en la perdición del poder que obraba en sus manos. En cuidada simetría, [Shemot-Ex. 19,21] "y dirá Hashém a Moshéh: Desciende, da testimonio en ellos, no sea que se abalancen hacia Hashém para ver, y caerá(n) mucho(s) de él": hay necesidad de cuidar la moderación de Israel también en su aproximación a Hashém, que no se conduzcan también ellos desde la pasión del instinto [Tehilim 78,8] "y no serán como sus padres, una generación inclinada al mal y corrupta, una generación que no preparó su corazón, y no hizo fiel a Hashém su espíritu"; una generación que es en realidad esa misma generación, pero dan la impresión de ser otros, sus padres, sus predecesores, porque no se parece en nada el siervo al hombre redimido, y no será medido de acuerdo a los mismos criterios. Y la diferencia en la reacción de E-lokím refiere precisamente a si fidelizó a Hashém su espíritu, pues allí está la finalidad de la primera etapa del tikún-enmienda de Israel (el tikún que Israel vive para impartir al mundo), la etapa de la hajnaáh que es la asunción de la realidad y de suyo la sumisión a Hashém y a su Toráh, desde donde adquirirán a la postre la jerút-libertad máxima respecto de todo gobierno debajo de los cielos.
Lo que está sucediendo es asombroso, perplejizante. Para empezar, ranas ordenadas directamente por Hashém, sobre Mitsráim. A continuación, "y harán así los brujos con sus susurros" ("vaia'asú kén hajartumím belahateihém" = 870), no que actuaron para detener la peste sino que, encandilados por el desafío, actuaron para demostrar que también ellos son capaces de inundar todo de ranas. [Zac. 6,4] "Y responderé, y diré al ángel que habla en mí: ¿Qué son éstos, mi señor?". (Tehilim 94,17) "Sedienta, silente, mi alma" ("tsamAh dumáh nafshí") frente al portento, al milagro de la inversión. Todos los opresores malvados caerán y se perderán del mundo, y el que se apega a hashém (Ez. 18,27) "a su alma hará vivir" ("Et nafshó iejaiéh").
Y ni bien hicieron los brujos los susurros de sus hechizos, "y subirán a las ranas sobre la tierra de Mitsráim" ("vaia'alú Et hatsfarde'ím 'al Erets mitsráim" = 1793), y comprendió esta señal, [Bamidbar-Num. 20,9] "y tomará Moshéh el cayado de frente a Hashém, tal como le ordenó", que tomó sobre sí el cayado, el báculo de la Maljút-realeza y el gobierno, al tiempo que el gobierno de Mitsráim comienza a hundirse en el fango de una pesadilla auto-realizada. Y habrá de entre ellos que aprovecharán la oportunidad de ver la verdad, (Ez. 44,16) "y ellos se aproximarán-ofrendarán a mi mesa para servirme" ("vehémah ikrevú El shuljaní lesharténi"), y pedirán ser aceptados bajo la Maljút-Reinado de lo Alto, bajo las alas de la shejináh (la presencia revelada de Hashém), y atender (Zac. 4,2) "a las candelas que hay sobre su cabeza" ("lanerót Ashér 'al roSháh"). Aquí comienza a revelarse la imponente misericordia que hay detrás de los azotes (llamados también plagas) de Mitsráim, pues quien no vea lo que rompe los ojos probará con ello que ya no le queda ningún instrumento, herramienta, palanca, que pueda conducirle a la teshuváh, o a la elección sabia; y frente a ellos estarán los que pidan el pacto-conexión (Ec. 3,10) "que dio E-lokím a los hijos del hombre, para responder con él" ("Ashér natán E-lokím livnéi haAdám la'anót bó") a todo lo que ocurre en la vida; y así se elevará el hombre en sus cualidades, y en su apego íntimo al Creador bendito y a su sabiduría, y le rendirá su culto con alegría y con confianza y seguridad siempre, y accederá a abundancia de bien, (Daniel 5,14) "y luz, y mente inteligente, y sabiduría excedente" ("unehíru vesijlatánu vejojmáh ieteiráh"), del mundo que excede a éste, del mundo interior, del superior.




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