יום שני, 18 בינואר 2016

Beshalaj, aliah de martes, tifEret en la semana

Beshaláj, aliah de martes, tifEret en la semana. Shemot-Ex. 14,15: "Y dirá Hashém a Moshéh: ¿Qué gritas a mí? Habla a los hijos de Israel, y que viajen".
Frente al pueblo asustado, entre el desierto y el mar y las milicias de Mitsráim, Moshéh se dirige a E-lokím. "Y dirá Hashém a Moshéh: ¿Qué gritas a mí? Habla a los hijos de Israel, y que viajen" -nuestro verso entero con valor 2397-; el objeto de todos estos años que pasasteis en Mitsráim, y especialmente el último tiempo en que presenciasteis los azotes-plagas que propiné a Mitsráim, no es sino haberos capacitado para grandezas, que te prepararas para tí herramientas de salvación, herramientas para percibir y alcanzar cuanto hará E-lokím para erigirte en pueblo sagrado. Y si no lo lograste, la redención vendrá a tí de todos modos, pero la vivirás como formas de rigor que te confunden y te sorprenden y te abaten, [Devarim-Deut. 28,34] "y enloquecerás de la visión de tus ojos que verás", porque no aprendiste a ver desde el bien cierto.
Las palabras de Hashém, "¿qué gritas a mí?" ("má tits'ák Elái" = 746) ponen (Shemot-Ex. 34,30) "a Moshéh" ("Et moshéh") frente a un desafío nuevo: todo lo que (Tehilim 54,9) "vio mi ojo" ("raAtáh 'einí") me preparó para este momento, y elevé mi clamor a Hashém [Tehilim 109,22] "pues pobre y menesteroso soy, y mi corazón está vacío en mi interior". Ahora, toca al pueblo (Prov. 19,27) "atender-oir enseñanza" ("lishmó'a musár"), apegarse a la certeza de [Tehlim 116,5] "piadoso es Hashém y tsadík-justo, y nuestro E-lokím tiene misericordia", y su fe (Prov. 27,14) "le será tomada en cuenta" ("tejashév ló") y se erigirá en su mérito. Pues, "¿qué gritarás?" ("máh tits'ák" = 705). (Bamidbar-Num. 25,18) "¿Porque oprimen ellos a vosotros?" ("ki tsorerím hém lajém"). Si de hecho, todas las promesas de Hashém se cumplen en vosotros: en pequeño número descendisteis a Mitsráim y héos hoy, (Devarim-Deut. 1,10) "como las estrellas del cielo en abundancia" ("kekojvéi hashamáim laróv"). Y sabe Moshéh que lo que comenzó con él continuará para todo el tiempo del mundo, y tal como habla Hashém con él hoy, así hablará siempre al pueblo; (Devarim-Deut. 31,27) "porque después de mi muerte" ("ki Ajaréi motí"), (Jos. 7,10) "y dirá Hashém a Iehoshúa" ("vaióMer Hashém El iehoshú'a") su palabra, y así a todas las generaciones del mundo.
Pues no resta a Israel ningún margen para dudar. De hecho, "gritarás a mí" ("tits'ák Elái" = 710) para verificar (Shemot-Ex. 16,7) "si hay Hashém en nosotros" ("haiésh Hashém bekirbénu"), incluso (Bamidbar-Num. 15,13) "todo miembro del pueblo hará así" ("kól haEzráj ia'aséh kájah"); y he aquí la respuesta ante vuestros ojos, (Bamidbar-Num. 22,11) "he aquí el pueblo que sale de Mitsráim" ("hinéh ha'ám haiotsé mimitsráim") con milagros y portentos; sale a la libertad respecto de todo lo exterior a él y le enseñaré a ser libre también por dentro; y cuenta con herramientas para obtener la libertad máxima, esa en la que te conduces de acuerdo a la ley superior, grabada en tu corazón, y está preñada de rectitud y amor.
Siendo así, no es menester que grites. En vez de ello, "habla a los hijos de Israel, y que viajen" ("dabér El bnei israEl veisá'u" = 992). La reprensión por el grito fue dirigida a Moshéh, y la orden plantea un desafío nuevo ahora (Reyes2 3,6) "a todo Israel" ("Et kól israEl"), que no viajarán solos, puesto que agregará Hashém [Shemot-Ex. 33,14] "y dirá: mi rostro irá, y te conduciré"; y mira a Mitsráim, y (Jer. 33,9) "lo que yo le hago" ("Ashér Anojí 'oséh láh"). Entonces nos levantaremos, todo quien un corazón sabio palpita en su interior y desea bien, con cuanto poseemos y somos, (Reyes2 3,11) "y reclamaremos a Hashém" ("venidresháh Et Hashém"), pediremos la voz de Hashém en nuestras vidas, para hacerla redención en nuestras manos.


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