יום שלישי, 10 בנובמבר 2015

Toldót, aliah de miércoles, Netsaj en la semana

Toldót, aliah de miércoles, Nétsaj en la semana. Al cabo del día del horrendo asesinato múltiple en Har Nof, Jerusalem. Bereshit-Gen. 26,23: "Y subirá desde allí a BeEr Sheva".
No basta con un buen rey para rectificar los caminos de un pueblo. Aún cuando Avimélej era un rey justo, conocedor de Hashém y temeroso de El y capaz de reconocer el bien, los plishtím-filisteos se sostendrán en su naturaleza y lucharán por obtener cada pozo de agua que Itsják y sus seguidores hayan cavado, y se dirigirán a robarle bajo cualquier excusa. La tierra de los plishtím, sabido es, se corresponde con la conocida hoy por franja de Gaza; y aunque no son su descendencia ni tienen parentezco alguno con ellos, también sus actuales pobladores se aferran a la naturaleza de sus antiguos predecesores, y se identifican con el "jamás" ("hamas": robo, expoliación, invasión de lo ajeno) en tanto camino de vida; y nada cambia qué haya realmente en sus manos ni quién sea que los gobierne. Tras haber cavado otros tres pozos de agua en la zona del río Grár, en los límites de la tierra de plishtím, y que también estos pozos fueran objeto de lucha invasiva de parte de los plishtím, Itsják se dirige a la tierra generosa que le es connatural; "y subirá desde allí a Beer Sheva" ("vaiá'al mishám beEr sháva'" = 1071), se distinguió del enemigo; y no pidió nada de este mundo para sí, sino sólo [Tehilim 119,17] "dá a tu siervo sobrevida, y cuidaré-cumpliré tu palabra": por favor Hashém, dame vida a mí que me defino tu siervo, que me identifico con el bien y con la vida y con la justicia, no para que en mi vida me vista de honores, sino para que pueda consagrar tu nombre, y la vida misma, en tu mundo. Por favor, Hashém, permite que alcance lo prometido por mano de tus profetas que (Tehilim 37,29) "los justos heredarán la tierra" ("tsadikím iirshú Arets"), no para apoderarme de lo que es tuyo, sino para ser yo prueba viviente y sensible de tu verdad.
Entonces se definió Itsják y se aisló del enemigo, "y subirá desde allí" ("vaiá'al mishám" = 496) sólo en honor del "reinado" ("maljút") de los cielos, para asentarse (Bamidbar-Num. 36,9) "en su parcela" ("benajalató"). Porque la labor del valiente será sobreponerse, subir a por encima de toda la bajeza y la terrenalidad, hasta que se cumplan las palabras de Moshéh: (Devarim-Deut. 32,43) "confortad-ensalzad las naciones a Su pueblo" ("harnínu goím 'amó"), y tal como explica allí Rash"i: en ese tiempo alabarán todos los pueblos a Israel, y dirán: ved cuán elevado y refinado este pueblo, que se apegaron al Creador en todas las calamidades que pasaron sobre ellos, y no le abandonaron, y supieron y reconocieron su bien y su belleza -hasta aquí sus palabras. Y si te acometieren (Tehilim 55,6) "temor y temblor" ("irAh vará'ad") y sintieras que (no lo quiera Hashém) fuiste dejado a la deriva (Job 19,7) "y no hay justicia" ("veEin mishpát"), será sólo porque ningún camino sirvió para unir al pueblo de veras, de modo que sean solidarios entre sí y se yergan en una única columna a rectificar y moldear una realidad de shalóm; hasta que desde el espanto lloraremos de indefensión, ciegos de dolor, hasta que quebrados los corazones que rehusamos enternecer, se levantará (Shemot-Ex. 35,1) "y reunirá Moshéh" ("vaiakhél moshéh") a la congregación toda en derredor de la palabra de Hashém, y desde lo Alto se anulará la desgracia; y sólo entonces (Jer. 23,17) "shalóm será para vosotros" ("shalóm ihiéh lajém"). Porque siempre (Tehilim 78,59) "oyó-atendió E-lokím" ("shamá' E-lokím"). Y sólo el pueblo, ni atendió ni escuchó.
Y si empeñamos el pensamiento recto en comprender lo que adviene sobre nosotros, sabremos que no basta con huir del opresor y del asesino que nos persigue desde fuera, hacia la tierra prometida. No alcanza con llegar a la tierra de Israel, y construir viviendas, y erigir un estado, y montar un ejército, y nombrar gobernantes. Porque el shalóm se apoya en que subamos justamente a "el manantial de los siete" (traducción literal de "beEr sháva'" = 575), al manantial de que abrevan las siete candelas de la menoráh (candelabro) el aceite que las hará iluminar, inundar de luz amable desde el Templo sagrado hacia el mundo todo. Que subamos y nos revelemos realización e incorporación de dicho manantial, que nos convierte en faro de luz que acaricia a la realidad de todos los pueblos. Y se sube a BeEr Sheva cuando se toma conciencia de que "y será la palabra de Hashém a mí, para decir-producir" ("vaiehí dvár Hashém Elái leEmór") -un verso completo que aparece en los libros de Zacarías, Ezequiel y Jeremías un total de 45 veces, el valor numérico de "Adám" y también de "gueUláh" = redención-; y entonces doblegamos al "instinto de mal" ("iétser hará'"). Desde esa conciencia nos dirigiremos a (Sam.1 1,26) "elevar plegaria" ("lehitpalél") de verdad, desde el corazón completo de la nación entera; y será como una orden inmediata que indica: (Jer. 48,6) "salvad vuestras almas-vidas" ("maltú nafshejém"). Porque despertar se ha convertido en una cuestión de supervivencia misma, porque todo arde en derredor y ya también donde nosotros el incendio parece ingobernable; y el camino del rey, el camino plácido y amable hacia la redención completa, se ha vuelto salida de emergencia hacia la cual correr, aún si por miedo atroz y pánico enceguecedor, con corazón bueno anhelante de buen amor.

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