יום ראשון, 25 באוקטובר 2015

Vaierá, aliah de martes, tifEret en la semana

Vaierá, aliah de martes, tifEret en la semana. Bereshit-Gen. 19,1: "Y vendrán los dos ángeles a Sdóm en la tarde, y Lót está sentado la puerta de Sdóm; y verá Lót y se levantará hacia ellos, y reverenciará de bruces a tierra".
Y no halló Hashém tsadikím-justos en Sdóm, y tampoco personas con mérito fuera de Lót y los suyos. "Y vendrán los dos ángeles a Sdóm en la tarde" ("vaiavóU shnéi hamalAjím sdómah ba'érev" =  914), refaEl y gavriEl por orden de Hashém que juró a Sdóm (Ez. 26,21) "espantos te daré" ("blahót Etenjá"), para arrancar la fuerza (Sam.1 7,8)  "de mano de los filisteos" ("miád plishtím"), ésto es de los detentores del robo y la expoliación y la invasión de lo ajeno, que aquéllos representan; (Ioel 2,21) "porque puso grandeza Hashém en su hacer" ("ki higdíl Hashém la'asót"), que hace desde el Jésed -desde el amor y la piedad- cuanto hace, (Tehilim 11,5) "y al que ama al jamás (robo, expoliación) odia su alma" ("veOhév jamás sanAh nafshó"). Lót es hombre de shalóm. Ha pasado mucho tiempo desde que se separó de su tío Avrahám para sostener el shalóm, a sus decir (Bereshit-Gen. 13,8) "no haya pelea entre yo y tí" ("Al ná tehí meribáh beiní uveinéja"); y por caminos separados, se mantuvo el amor.
Los dos ángeles llegan, "y Lót está sentado la puerta de Sdóm" ("velót ioshév beshá'ar sdóm" = 1039), aferrado a la fe en (Bereshit-Gen. 14,22) "E-l superior, que adquiere-posee cielos y tierra" ("E-l 'elión konéh shamáim vaArets"), al que alzó Avrahám su mano cuando le tocó hablar él mismo con el rey de Sdóm, e intentó salvarlo mediante una lección moral. El sabe (Devarim-Deut. 23,15) "que Hashém tu E-lokím se pasea dentro de tu campamento" ("ki Hashém E-lokéja mithaléj bekérev majanéja"), y cosas determinantes se aprestan a suceder para el destino de Sdóm; y él se sienta como aprendió de su tío, contrariando la costumbre del lugar que prohibe la caridad y la acogida de huéspedes, la medida de su piedad (Ez. 40,22) "como la medida de la puerta" ("kemidát hashá'ar") de la ciudad, toda ella egoísmo y rigor; aguarda al paso de viajeros que pueda invitar a su hogar.
Y vio Lót y se levantó a su encuentro, "hacia ellos" ("likraTám" = 771), (Sam.1 1,12) "a elevar su plegaria hacia Hashém" ("lehitpalél El Hashém") porque (Tehilim 42,3) "sedienta está mi alma de E-lokím, del E-l vivo" ("tsamAh nafshí leE-lokím leE-l jái"), y la visión de los ángeles le despertará hacia la teshuváh, y prometido está a los jasidím de Hashém que El abrirá a sus plegarias las puertas del firmamento, (Ez. 11,19) "y extirparé el corazón de piedra" ("vehesárti lév haEvén") para expiar por todos sus delitos y recibirlos en teshuváh. Lót ve la figura de los ángeles, y seguramente comprende qué está sucediendo. Evoca seguramente a su padre Harán, que murió en el caldero de fuego de Nimród porque no fue determinante en su fe, no se entregó a Hashém de corazón completo, como está explicado en el midrásh. El tiene que ser muy cuidadoso, para enmendar, para completar con éxito la prueba en que su padre fracasó.
Y al ver a los ángeles de Hashém, se levantó, y reverenció "de bruces a tierra" ("Apáim Artsah" = 427), reverenciando (Shemot-Ex. 14,31) "a Hashém" ("Et Hashém") porque (Bamidbar-Num. 16,7) "El es el sagrado" ("hú hakadósh"), y sobre (Tehilim 81,16) "los que odian a Hashém" ("mesanEi Hashém", o actúan de modo opuesto a por amor a El) está escrito que (Tehilim 31,18) "se parecerán al infierno" ("idamú lesheOl"), al abismo de la interrogancia. Y yo qué pensaré (Job 31,14) "y qué haré" ("umáh E'eséh"), sino que (Tehilim 116,14) "a Hashém pagaré" ("laHashém Ashalém") en mi aproximarme a él y asemejarme a sus cualidades sagradas, y El hará.
Esa tarde, "Y vendrán los dos ángeles a Sdóm en la tarde, y Lót está sentado la puerta de Sdóm" ("vaiavóU shnéi hamalAjím sdómah ba'érev velót ioshév beshá'ar sdóm" = 1953), y tiene la sensación de que todo lo que está por ocurrir está ya grabado y sellado, (Devarim-Deut. 10,21) "las grandes y las terribles éstas" ("Et hagdolót vehanoraOt haEle") en que se consagrará el nombre de Hashém a ojos de todos, porque Hashém (Jer. 17,10) "revisa riñones, y para dar a cada hombre según sus caminos" ("bojén klaiót velatét Ish kedrajáv") actúa, a veces de modo revelado, a veces de modo que maravilla en su complejidad invisible.
Y Lót los ve, "y se levantará hacia ellos, y reverenciará de bruces a tierra" ("vaiákom likraTám vaishtáju Apáim Artsah" = 2084); reconoce que sus oscilaciones morales hacen que [Tehilim 3,3] "muchos dicen a mi alma: no hay salvación para él en E-lokím, sellado"; es conciente de la palabra de Hashém: [Crón.2 34,24] "Héme que traigo mal sobre el lugar éste, y sobre sus habitantes todas las maldiciones"; y aún así, sabe también que las puertas celestiales que reciben la plegaria están abiertas, y que sus buenas acciones llegarán (Tehilim 71,19) "hasta lo Alto, donde hiciste-harás grandezas" ("'ad maróm Ashér 'asíta gdolót") para salvarle. El movimiento es instintivo. Y vio, "y reverenciará" ("vaishtáju" = 730), tomando sobre sí lo que (Devarim-Deut. 6,20) "ordenó Hashém nuestro E-lokím" ("Ashér tsiváh Hashém E-lokéinu") desde un estado de temor reverencial ante (Is. 40,22) "el que se sienta sobre el eje de la tierra" ("haioshév 'al júg haArets"), que (Is. 42,5) "crea los cielos y los inclina" y ubica en su lugar; como aquél a quien le muestran el palo y evoca los golpes, y comienza a llorar y rogar por su vida. El se sienta con su Jésed, con su amor práctico y su piedad que le importan la vida, aún cuando todos los que le rodean caerán. Acerca de sus pecados se tratará luego, y recibirá también por ellos retribución justa y oportunidad de enmienda; mas su mera actitud de Jésed, de amor y de piedad, el hecho de que corra hacia los ángeles investidos en apariencia humana y les insista para que acudan a su casa, para asegurarse de que estén bien, eso paga su mérito para ser salvado él mismo, precisamente por ellos.


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