יום שישי, 23 באוקטובר 2015

Lej Lejá, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

Lej Lejá, aliah de shabát kodesh, Maljut en la semana. Bereshit-Gen. 17,8: "Y te di-daré a tí, y a tu descendencia tras de tí, la tierra en que moras (o "la tierra de tus temores"), (a) toda la tierra de Cnáan, en propiedad perpetua; y fui-seré para ellos E-lokím".
Dos platillos de la balanza, la equivalencia en cuyos pesos señalará una situación de justicia. Y en el final la acción, en el pensamiento su inicio: el final es la realización plena del inicio. Tal como el bebé que nace representa la culminación de un proceso cuya ejecución iniciaron sus progenitores nueve lunas antes, así la entrega de la tierra, la Maljut-Reinado, en nuestras manos, germina en una conciencia de divinidad próxima a nosotros, a nuestras vidas sobre la tierra. "Y fui-seré para ellos E-lokím" es la descripción culminante y completa de su entregarnos la tierra prometida y anhelada.
¿Cuál es la concatenación de causas que tornan a Avrahám merecedor de la promesa del Creador: "Y te di-daré a tí, y a tu descendencia tras de tí" ("venatáti lejá ulzar'ajá Ajaréja" = 1488)? Los platillos de la balanza están en equilibrio exacto y espléndido al responder: (Bereshit-Gen. 12,1) "Vé-te de tu tierra y de tu matria y de la casa de tu padre" ("lej lejá meArtsejá umimoladtejá umibéit Avíja"). El que hayas sido (y sigas siendo a cada instante en presente) suficientemente seguro y valiente para abandonar por completo todo lo que parecía estar en tus manos, y saltaste hacia lo desconocido con fe plena, implica la oportunidad de un nuevo apego, de algo nuevo en tus manos más elevado que lo que liberaste; una propiedad que podrás incluso legar a quienes te sigan, a modo de herramienta y vía para el camino nuevo que elegiste inaugurar. Y tu heredad sobre la tierra será siempre tuya (Devarim-Deut. 12,25) "pues harás lo recto a ojos de Hashém" ("kí ta'aséh haiashár be'einéi Hashém"), y sabrás y no olvidarás que [Tehilim 33,16] "no se salva el rey por abundante milicia, y el fuerte no se salvará por su gran fuerza", sino que siempre sólo por la supervisión de Hashém de acuerdo a las leyes de su Toráh.
Hashém te dará "la tierra en que moras, toda la tierra de Cnáan" ("Et Erets meguréja Et kól Erets kná'an" = 1897), y si lo piensas rectamente, despertarás a comprender en tu corazón que, en realidad, sólo [Tehilim 16,5] "Hashém es mi porción-parcela y mi copa, Tú eres en que se apoya mi destino", y no hay ligazón con la heredad material si no la hay con la espiritual. De un lado, recibirás "la tierra de tus temores" ("Erets meguréja" = 564), el sistema referencial completo sobre el que se apoyan todos tus miedos, y así obtendrás control completo sobre ellos para que no vuelvas a temer sino a Hashém; y ésto (Devarim-Deut. 24,19) "será para que te bendiga Hashém tu E-lokím" ("ihiéh lemá'an iebarejejá Hashém E-lokéja") porque traslucen tus modos y maneras tu ser (Devarim-Deut. 33,29) "pueblo salvado en Hashém" ("'ám noshá' baHashém") que (Tehilim 145,7) "la evocación-activación de tu mucho bien declararán" ("zéjer rav tuvjá iabí'u") y se cuidarán de ir (Reyes1 11,4) "tras deidades otras" ("Ajaréi Elohim Ajerím") como tras las mentiras y vanidades del mundo, porque Hashém (Jer. 11,20) "revisa riñones y corazón" ("bojén klaiót valév"), y tanto a nivel colectivo como individual, (Jos. 12,3) "de acuerdo a sus actos le retribuirá" ("kema'alaláv iashív ló"). Y todo quien (Prov. 17,27) "conoce conocimiento" ("iodé'a dá'at", vive lo que sabe) pedirá afirmarse y retornar (Bereshit-Gen. 30,25) "a mi lugar y a mi tierra" ("El mekomí uleArtsí"): al lugar y la conciencia del origen de su alma, y a la proyección de sus raíces en el mundo denso, para enmendarlo.
Y Cnáan sale de la raíz de "kni'áh"-sometimiento, "Cnáan" vale 190 igual que "fin" ("kéts"). Darte "toda la tierra de Cnáan" ("kól Erets kná'an" = 531) es poner en tus manos una misión: pararte y tomar control del lugar en que todo comenzó, y traerlo hasta una situación de fin, un punto sin retorno en el camino de gueUláh, de redención completa, de elevación-sublimación del mundo inferior hacia su fusión plena en el mundo superior, con su impronta y de acuerdo a su imagen. Detentar la propiedad de la tierra sirve no más que para probar hacia fuera que (Bereshit-Gen. 6,22) "E-lokím así hizo" ("E-lokím kén 'asáh") como lo dijo, y entonces (Tehilim 128,2) "feliz de tí" ("Ashréja") y todas las herramientas en tus manos, porque sabes claramente que (Devarim-Deut. 17,20) "para que prolongue días" ("lemá'an iaAríj iamím"), para que su vida sea larga y bendecida, debe vivirla apegado al Jésed-piedad y evitar la altivez de corazón hacia sus hermanos, y no desviarse de la mitsváh ni a derecha ni a izquierda, (Bereshit-Gen. 31,54) "y llamará a sus hermanos a comer pan" ("vaikrá leEjáv leEjól lájem"), (Bereshit-Gen. 48,2) "y se vigorizará" ("vaitjazék") él, (Shemot-Ex. 10,1) "y el corazón de sus siervos-discípulos" ("veEt lév 'avadáv") fortalecerá y conducirá, para comparecer todos siempre ante las cualidades de (Tehilim 57,4) "su piedad y su verdad" ("jasdó vaAmitó"), tal como las cualidades de la tierra que recibió reflejan las de la misma tierra en el mundo más sutil.
Y recibirán la tierra "en propiedad perpetua" ("leAjuzát 'olám" = 592), (Reyes2 6,6) "a el lugar" ("Et hamakóm") que se conecta con la naturaleza de (Tehilim 103,20) "los que hacen Su palabra" ("'oséi dvaró"), que todos los días de sus vidas se conducirán a la finalidad de su propia creación con amor, y dirán al levantarse (Jos. 5,15) "iré, retornaré a mi lugar" ("Eléj Ashúvah El mekomí", que retornaré en teshuváh completa hacia mi origen espiritual, de modo más perfecto que como lo logré ayer); y sin verse a sí mismos como merecedores u acreedores, sin pretender control sobre el tiempo de sus vidas, o sobre su descendencia, o sobre la calidad y cantidad de su sustento, sino viniendo en sumisión y anulación ante Hashém, rogarán cada día cual por vez primera (Bereshit-Gen. 24,12) "acontece-revélate por favor ante mí hoy" ("hakréh ná lefanái haióm"), y se esforzarán en el bien no para recibir por ello un pago, (Devarim-Deut. 1,17) "porque el juicio de E-lokím es" ("ki hamishpát leE-lokím hú") y de verdad siempre todo es bueno y para bien; y abundarán (Devarim-Deut. 2,26) "las palabras-cosas de shalóm" ("divréi shalóm") sobre las faces de la tierra. Entonces se cumplirá lo que pediste al decir (Lam. 5,21) "renueva nuestros días como al inicio" ("jadésh iaméinu kekédem"), cuando puedas decir con regocijo lo que antes dijiste entre llantos y gemidos: (Lam. 1,13) "me devolvió atrás" ("heshiváni Ajór"). Y así llegarás a (Nej. 10,37) "traer a la casa de nuestro E-lokím" ("lehaví lebéit E-lokéinu") tu ofrenda, y como dice el profeta (Mal. 3,4) y fue amable ante Hashém la ofrenda de Iehudáh "y Ierushaláim" ("virushaláim"), como en los días del mundo y como los años de los inicios; y como en la profecía que promete (Jer. 33,16) "y Ierushaláim" ("virushaláim") morará en seguridad: Shalóm, paz perfecta, sobre Israel, significa shalóm sobre el mundo todo.
Y la finalidad de todo el plan es la unión completa, en que vivimos en el mundo denso de acuerdo a las leyes del mundo sutil. "Y seré para ellos E-lokím" ("vehaíti lahém leE-lokím" = 632), (Bamidbar-Num. 14,18) "largo-lento de ira y abundante en piedad" ("Erej Apáim veráv jésed"). (Tehilim 66,10) "Porque nos probó E-lokím" ("ki vejantánu E-lokím") con todo tipo de obstáculos y desafíos, y abundamos (Reyes1 8,54) "en elevar plegaria a Hashém" ("lehitpalél El Hashém") al tiempo que liberamos nuestros actos y de amor y piedad para con todo (Tehilim 109,16) "hombre pobre y menesteroso y abatido de corazón" ("Ish 'aní veEvión venijEh leváv"), y recibió (Bereshit-Gen. 31,49) "el hombre de su prójimo" ("Ish mere'éhu") de lo mejor (Vaikrá-Lev. 5,23) "que halló" ("Ashér matsá") en su camino. "Y seré para ellos" ("vehaíti lahém" = 516), dirá Hashém; (Bereshit-Gen. 17,1) "y sé íntegro-inocente" ("veheiéh tamím") en tu caminar ante El; y de esta conexión mágica, (Bereshit-Gen. 27,28) "y te dará" ("vaitén lejá") E-lokím cuanto necesitas, pues El es (Devarim-Deut. 1,33) "el que camina ante vosotros en el camino" ("haholéj lifneijém badérej"), y de él (Zac. 9,12) "la esperanza" ("hatikváh"), con tal de que te conduzcas siempre (Crón.2 19,9) "con fe-fidelidad y corazón completo" ("beEmunáh ubileváv shalém").


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