יום שבת, 31 באוקטובר 2015

Jaiéi Sarah, aliah de domingo, Jesed en la semana

Jaiéi Sarah, aliah de domingo, Jesed en la semana. Bereshit-Gen. 23,2: "Y morirá Saráh en Kiriát Arbá es Jevrón en la tierra de Cnáan; y vendrá Avrahám, a hacer luto a Saráh y a llorarla".
Ni bien tuvo lugar la akedáh (que estuvo Itsják atado al altar como para ser sacrificado), "y morirá Saráh" ("vatamot saráh" = 1351): también a ella, la mujer sagrada, como a todos los tsadikím-justos, llegó la hora de abandonar el mundo éste; y es gran acto de piedad de Hashém (el que los tsadikím también mueren), para que no sean convertidos por sus seguidores y admiradores en ídolos, (Devarim-Deut. 8,11) "no sea que olvides a Hashém tu E-lokím" ("pén tishkáj Et Hashém E-lokéja"). Su mérito está vigente para siempre en la (Reyes2 23,25) "Toráh de Moshéh" ("torát moshéh").
Saráh falleció "en Kiriát Arbá es Jevrón, en la tierra de Cnáan"  ("bekiriát Arba' hí jevrón beErets kná'an" = 1746), (Devarim-Deut. 32,49) "que yo doy a los hijos de Israel en propiedad" ("Ashér Aní notén livnéi israEl leAjuzáh"), y con ella, entrega Hashém también una llave en las manos, para perpetuar la vida en la tierra con shalóm, como se explica en el libro (Jos. 8,32) "que completa a la Toráh de Moshéh" ("mishnéh torát moshéh", que es el libro de Devarím-Deuteronomio): (Ez. 20,39) "y al nombre de mi sacralidad no profanaréis más" ("veEt shém kodshí ló tejalelú 'ód").
La Toráh abunda en detalle al describir el lugar en que se hallaba Saráh a la hora de la partida de su alma. Ante todo, su lugar es "Kiriát Arba'" = 983, (Bereshit-Gen. 35,2) "que está en vuestro interior" ("Ashér betojajém"), en el lugar sagrado accesible por medio del trabajo íntimo del hombre. Ese lugar acerca del que se dice (Bamidbar-Num. 10,21) "y erigirán el Mishkán-morada" ("vehekímu Et hamishkán"), en que el hombre reconocerá que (Bamidbar-Num. 22,34) "pequé porque no sabía" ("jatáTi ki ló iadá'ti") porque comprende que quien ve y piensa evitará pecar, y sus acciones se realizan (Reyes1 8,17)  "en nombre de Hashém el E-lokím de Israel" ("beshém Hashém E-lokéi israEl"), y son (Vaikra-Lev. 6,8) "aroma fragante de evocación para Hashém" ("réiaj nijóaj Azkaratáh laHashém"); pues de todo el bien que Hashém le da, ella toma para los huéspedes (Rut 1,6) "para darles pan" ("latét lahém léjem"). Puesto que se halla en un sitio que se llama también "Jevrón" = 266, de la raíz de jivúr = conexión, el lugar de conexión en que el hombre de Jésed (Bereshit-Gen. 14,18) "sacó pan y vino" ("hotsí léjem veiáin") generosamente, (Shemot-Ex. 23,11) "y comieron los menesterosos de tu pueblo" ("veAjlú Evionéi 'améja"). Porque le pidieron a ella las mujeres: (Jue. 9,10) "reina sobre nosotros" ("malkí 'aléinu), y enséñanos a atender (Jer. 3,25) "en la voz de Hashém nuestro E-lokím" ("bekól Hashém E-lokéinu"); pues en el momento de la redención de Saráh (cuando nació su hijo Itsják) se llenaron de irAh -de temor reverencial- (Tehilim 68,3) "de ante E-lokím" ("mipnéi E-lokím") al ver (Tehilim 64,10) "la acción (el verbo) de E-lokím" ("pó'al E-lokím") revelada a ojos de todos, bendiciendo a (Is. 41,8) "Avrahám el que me ama" ("Avrahám Ohaví") tal como le había prometido. "La tierra de Cnáan" ("Erets Cná'an" = 481), por su parte, es la tierra prometida a Avrahám, a la que toda su descendencia pedirá (Bereshit-Gen. 19,20) "me refugiaré ya allí" ("Imáltah ná shámah") y en la que te valdrá el mérito de Saráh ante Hashém (Devarim-Deut. 7,13) "y te bendecirá y te hará abundante" ("uberajejá vehirbéja"); en la que un pueblo de Israel valiente y fuerte (Jos. 8,20) "se volvió hacia su perseguidor" ("nehepáj El harodéf") con orgullo (Sam.1 19,15) "para matarlo" ("lehamitó"). Mas Hashém siempre nos prueba, como está escrito (Reyes2 4,27) "y se dirigió Gueijazí a empujarla" ("vaigásh gueijazí lehodfáh"): siempre hay entre nosotros algún payaso, hereje, que se refiere groseramente a lo sagrado, y dentro del pueblo (Devarim-Deut. 25,16) "hace iniquidad" ("'oséh 'ável"), y provoca que el enemigo se ponga en pie contra tí (Bamidbar-Num. 14,42) "porque no hay Hashém en vuestro interior" ("ki Ein Hashém bekirbejém"), y entonces (Jer. 41,3) "azotó Ishma'El" ("hicáh ishma'El") a tí (Ez. 38,23) "ante los ojos de pueblos muchos" ("le'einéi goím rabím") para atemorizarlos y advertirles en términos de que (Jer. 50,26) "no seas para ella" ("Al tehí láh"), no te unas a Israel. Pobre de la generación que se asienta en la tierra, que (Jer. 2,30) "enseñanza no tomaron" ("musár ló lakáju"). Y oirán los tsadikím el llamado que susurra en sus corazones diciendo: (Cantar 1,8) "sal hacia tí por las huellas del rebaño" ("tseI láj be'ikvéi hatsóN"); y acerca de ellos dirá Hashém (Tehilim 16,9) "se alegró mi corazón y se regocijará mi honor" ("samáj libí veiaguél kvodí"), (Reyes1 8,20) "y construiré la casa" ("vaEvnéh habáit"), o sea que traerá a nosotros el Mikdásh-templo para que alcancemos con la labor en él la redención: (Jer. 28,6) "Así hará Hashém" ("kén ia'aséh Hashém) contigo, (Reyes2 5,27) "y con tu descendencia para siempre" ("uvezar'ajá le'olám"). (Daniel 8,15) "Y solicitaré entendimiento" ("vaAvaksháh bináh"), y la recibieron (Nej. 13,10) "los que hacen la labor" ("'oséi hamelaJáh").
Por mérito de la akedáh (del casi sacrificio de su hijo, que se completó en los corazones), tendrá su descendencia las puertas abiertas a la conexión con el Creador para siempre; mas a cambio de ella, Saráh muere. "y vendrá Avraham, a hacer luto a Saráh y a llorarla" ("vaiavó Avrahám lispód lesaráh velivkotáh" = 1439), y tal como Job reconocerá que Hashém dio y Hashém quitó, y tal como David que la solución de los enigmas pertenece a Hashém, [Amos 2,14] "y se perderá la ventaja del ligero, y el fuerte no podrá desplegar su vigor, y el valeroso (tampoco) salvará su alma" ante el decreto de Hashém; y Avrahám sabe que está bien haber hecho lo que hizo, y sabe también que Saráh abandonó este mundo (Bereshit-Gen. 20,10) "porque hice la acción ésta" ("kí 'asíti Et hadavár hazéh"). Y continúa caminando con inocencia íntegra ante Hashém, que le bendice porque accedió (Bereshit-Gen. 24,5) "a caminar tras de mí hacia la tierra ésta" ("laléjet Ajarái El haArets hazóT"), hacia el lugar de la seguridad y el shalóm, como dijo (Jer. 30,10) "y tú no temas mi siervo Iaakóv, palabra de Hashém" ("veAtáh Al tirá 'avdí ia'akóv neUm Hashém"), por cuanto eres mi siervo. Y como es sabido, (Prov. 12,5) "los pensamientos de los tsadikím -justos sagrados- son juicio" ("majshavót tsadikím mishpát"), porque ellos modifican la sentencia.

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