יום שלישי, 15 בספטמבר 2015

Vaiélej, aliah de miércoles, Nétsaj en la semana

Vaiélej, aliah de miércoles, Nétsaj en la semana. Devarim-Deut. 31,12: "Reúne al pueblo, los hombres y las mujeres y los niños, y el guér que está en(tre) tus puertas, para que atiendan y para que aprendan y teman a Hashém vuestro E-lokím, y cuidarán de hacer todos los dichos de la Torah ésta".
Grande es la fuerza de la unión. Grande es la fuerza del ser juntos que atrae shalóm, y hace abundar la luz hasta que desvanece la tiniebla, abunda el bien hasta que resta inánime el mal, y se acabarán los pecados (violaciones al bien) de la tierra, y malvados ya no habrá. 
Los "plishtím" o filisteos son símbolo de "plisháh"-invasión, de violación de límites y fronteras, de contaminación de "Jamás" (o "Hamas": estafa, expoliación) a las puertas de Israel (y así también hoy, cuando los invasores anhelantes de exterminar a Israel se apodan a sí mismos "palestinos", de la raíz de "plishtím", a quienes no les une ningún otro lazo).
Enorme es el poder de la unión de toda la congregación de Israel, hombres mujeres y niños, y el extranjero que reside en tu tierra (y que aceptó sobre sí las siete mitsvót universales), y el que vino a tí y suscribió el pacto de la Toráh y se incorporó a Israel en plenitud. Cuando hay en Israel un liderazgo capaz de reunir a todos a atender las palabras de la Toráh luminosas y dulces, y se llenan de temor reverencial ante Hashém, y corrigen sus caminos para extraer a la Toráh de la potencia de sus palabras dichas hacia su ejecución en el mundo de la acción, entonces no hay más aliento para el mal en absoluto, y éste será extirpado del mundo. Esta es la fórmula verdadera y perfecta para librar las guerras de Israel, y atraer redención a nuestro mundo.
Como en las palabras que dirigió David ben Ishai a Goliát el filisteo, cuando se dirigió a él para derrotarlo, y se distinguió de él diciendo: tú vienes a mí con espada y lanza y bayoneta, y yo vengo a tí en nombre de Hashém de los Ejércitos, el E-lokím de los combates de Israel a que injuriaste. Y David no lleva consigo armamento más que la honda en su bolso de pastor y algunas piedras del río, frente al gigante cruel, que está armado hasta los dientes. Y agregará David y dirá, en el único verso de todas las escrituras con valor 7617 además de nuestro verso entero [Sam.1 17,46]: "El día éste te atrapará Hashém en mi mano y te abatiré, y arrancaré tu cabeza de sobre tí, y daré el cadáver del campamento filisteo el día éste a las aves del cielo y los animales de la tierra, y sabrán toda la tierra que hay E-lokím a Israel". Y todo el pueblo están reunidos en derredor, todos en un sólo corazón, juntos con ShaUl su rey, y ordenará David aún más, antes de abatir al gigante: Y sabrán toda esta congregación que no con la espada y la lanza salvará Hashém, porque de Hashém es la guerra, y os entregará en nuestra mano. "En nuestra mano" ("beiadénu") está escrito, en singular: en la mano una, resultado de la suma armónica de las manos de todos, que estamos unidos. "Beiadénu", que vale 72 igual que "Jésed", la piedad, el amor, la bondad, que se manifiesta en una fuerza imponente para devolver al mundo al buen sendero.
Desde allí, "reúne al pueblo, los hombres y las mujeres y los niños, y el guér que está en(tre) tus puertas" ("hakhél Et ha'ám haAnashím vehanashím vehatáf veguerjá Ashér beshe'aréja" = 2905), que a todos hablará el Creador para decir: [Is. 41,8] "y tú Israel mi siervo, Iaakóv que te Elegí; descendencia de Avrahám el que Me ama". Porque unirás al pueblo, a la nación, a la familia, a tí mismo para caminar con integridad inocente ante Hashém y recibir Su Toráh, "para que atiendan y para que aprendan y teman a Hashém vuestro E-lokím, y cuidarán de hacer todos los dichos de la Toráh ésta" ("lemá'an ishme'ú ulemá'an ilmedú veiarU Et Hashém E-lokeijém veshamrú la'asót Et kol divréi hatoráh hazóT" = 4712): [Reyes1 8,56] "Bendito Hashém que Dio reposo a Su pueblo Israel como todo lo que dijo; no cayó-faltó ni una sola cosa de toda su palabra buena que dijo en mano de Moshéh su siervo". ¿Y por qué nosotros habríamos de ser como el malvado Goliát, que confía en su fuerza y el poder de su mano y en las armas de guerra, cuando el Shalóm está listo y dispuesto para nosotros, y desde nosotros para todos, directamente de Hashém todos los días?




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