יום שני, 21 בספטמבר 2015

HaAzinu, aliah de martes, tifEret en la semana

HaAzinu, aliah de martes, tifEret en la semana. (Devarim 32,18) "La roca te parió con extenuación, y olvidarás a E-l que te dio ocasión" (una de las posibles traducciones de un verso cuya literalidad es virtualmente intraducible). 
Explica el Or Hajaím: la roca que te dio nacimiento con extenuación se comprenderá, al decir del Zohar, que cuando se propuso el Creador crear al hombre convocó a los ángeles, y éstos preguntaron (Tehilim 8,5) qué podría haber de bueno en el hombre para que le evocara-creara; y se irguió poderosamente -como si fuera- Hashém frente a los ángeles, y creó al hombre y castigó a los opositores (hasta aquí las palabras del Zohar), y entonces, cuando Israel profanan Su voluntad, debilitan el sentido del nacimiento mismo del hombre, y por ello dice que fue parido con extenuación (hasta aquí, el Or Hajaím). Y lo dicho en su contexto acerca de Israel, vale en general para los hombres todos. "Y olvidarás a E-l que te dio ocasión", que Hashém te hizo lugar en el espacio y el tiempo y te ubicó a la cabeza de la creación; y tus malas acciones humillan tu posición y la finalidad misma de tu haber sido creado.
Moshéh demanda hacia bajo y defiende hacia lo Alto: "La roca te parió con extenuación, y olvidarás a E-l que te dio ocasión" ("tsúr ieladjá téshi vetishkáj E-l mejoleléja" = 1963), [Miq. 4,5] "pues todos los pueblos irán cada hombre en nombre de su deidad, y nosotros iremos en nombre de Hashém nuestro E-lokím, todo tiempo que haya mundo y testigo". Cada quien irá detrás de lo que le sirve de ejemplo y paradigma en que cree, de acuerdo a cómo entiende lo correcto, y de acuerdo a lo que sus instintos aprecian conveniente. Así las cosas, ¿qué revelación aportará Israel al mundo? El hecho mismo de su ir siempre únicamente en nombre de Hashém E-lokím que supervisa y vive y gobierna, a que nos dirigimos al decir (Tehilim 143,1) "atiende a mi plegaria, da oído a mis súplicas" ("shemá' tefilatí haAzínah El tajanunái"), y se cumplirá en nosotros a ojos de todos (Tehilim 145,15) "y Tú les Das su alimento en su ocasión" ("veAtáh notén lahém Et Ojlám be'itó").
Así, "la roca te parió con extenuación" ("tsúr ieladjá téshi" = 1070), con aflicción y contra el deseo de los ángeles fue creado el hombre, y pesa sobre él probar su finalidad, puesto que [Job 15,14] "¿qué es el hombre para merecer, y acaso tendrá razón el hijo de mujer?", (Is. 13,14) "y como ganado y no hay quién lo reúna, cada hombre a su pueblo se dirigirá" ("vekatsóN veEin mekabéts, Ish El 'amó ifnú"), y desde la degradación del intelecto y el sometimiento del hombre a sus instintos, no inclinan su atención a la verdad (Ez. 20,16) "y Mis leyes, no se condujeron por ellas" ("veEt jukotái ló haljú bahém"); los apetitos mundanos sobreponen su animalidad a la impronta divina que hay en él, (Prov. 14,30) "y pudrición de los huesos es la envidia" ("verékev 'atsamót kinAh").
"Y olvidarás a E-l que te dio ocasión" ("vetishkáj E-l mejoleléja" = 893), que olvidarás tu misión en el mundo por causa de haberse vuelto de piedra tu corazón y haberse encandilado tus ojos ante las vanidades del mundo. Por tanto, se requiere un liderazgo que (Devarim-Deut. 3,10) "enseñen tus leyes a Iaakóv" ("iorú mishpatéja leia'akóv") y hagan oir el clamor de los cielos que dice (Jer. 3,14) "retornad, hijos traviesos, palabra de Hashém" ("shúvu baním shovavím neUm Hashém"), retornad (Reyes1 6,16) "a lo sagrado de entre los sagrados" ("lekódesh hakodashím") (Reyes1 21,2) "porque él esta cerca, en mi casa" ("ki hú karóv Etsel beití"), y no lejos como imaginé siguiendo el consejo de mi instinto. Y entonces se abrirán los ojos de sus corazones y verán y sentirán que están desnudos, (Ez. 26,16) "y se quitarán sus abrigos" ("vehesíru Et me'ileihém") honorables, y vestirán de luto por toda la necedad que les condujo hasta el núcleo de la tiniebla. Y te levantarás de dentro del llanto y la plegaria puro y refinado, listo a tomar sobre tí (Tehilim 44,7) "que no en mi arco me confiaré" ("ki ló bekashtí Evtáj") y no en la abundancia de riqueza y ni siquiera en la mucha sabiduría, sino sólo en Hashém, Creador del firmamento y de la tierra; y te dirigirás a (Ez. 11,15) "tus hermanos tus hermanos, los hombres de tu salvación" ("Ajéja Ajéja Anshéi gueUlatéja") para construir juntos una sociedad nueva, cuyos caminos sean gobernados por la tsedakáh y la justicia. Y siempre te apartarás del mal y harás bien, (Prov. 3,26) "y prevén a tus pies de ser atrapados" ("ushmór raglejá milakéd"), porque el mal instinto trabajará para recuperarte y llevarte (Bamidbar-Num. 21,5) "a morir en el desierto porque no hay pan" ("lamút bamidbár ki Ein lájem"); e Israel hallará redención sólo en el que se levantó (Ez. 20,9) "a sacarlos de la tierra de Mitsráim" ("lehotsiAm meErets mitsráim") para volverlos hombres libres, brotes de mi plantío y obra de mis manos para ensalzarme. Y todo está en manos de lo Alto menos la irAh, el temor reverencial a lo Alto, que abre los cerrojos para que puedas criar redención eterna.



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