יום שלישי, 11 באוגוסט 2015

reEh, aliah de miércoles, Netsaj en la semana

reEh, aliah de miércoles, Netsaj en la semana. Devarim-Deut. 14,3: "No comerás ninguna-toda abominación".
De acuerdo a la vida espiritual, así la vida material; y al revés. De acuerdo a lo que te es connatural en una dimensión vital, lo que te será connatural en las demás. En las primeras generaciones de la creación, los hijos de Adám sólo tenían permitido comer de los mundos vegetal y animal. Recién en la generación de Nóaj-Noé y sus hijos, la humanidad fue autorizada a consumir carne animal, de animales terrestres y aves y peces. Y dieciséis generaciones más tarde, la generación del desierto de los hijos de Israel recibió la Torah, y con ella un propósito espiritual para su paso por el mundo, para cuya consecución hay que apartarse de toda "tumAh" (mal traducido por impureza; ver la meditación para el primer día de parashat Jukát), y con ello cuidar y resguardarnos en sacralidad. Así se explica en nuestro verso: "No comerás ninguna inmundicia" ("ló toJál kol to'eváh" = 1015), que se aplica a (Shemot-Ex. 12,3) "la congregación de Israel" ("'adát israEl") específicamente, que recibieron la orden de apartarse y ser sagrados, o sea de preservarse ajenos a cuanto no propicie el cumplimiento de su misión en la vida, y cuidar así la puridad y rectitud de su conocimiento -de su modo de comprender el mundo-, para incidir en una enmienda de pura piedad desde una conciencia de (Is. 22,13) "júbilo y alegría" ("sasón vesimjáh"), alegría por la renovación continua del bien, y alegría por cada nueva estación a que arribamos.
La inmundicia-abominación ("to'eváh" = 483) está conectada al culto a ídolos de cualquier tipo, a una concepción del mundo que lo entiende sin ley, librado a la casualidad, en que la luz resulta irrelevante por estar mezclada en las tinieblas. "Toeváh" es una condición en que (Bamidbar-Num. 5,8) "y si no hay para el hombre salvador" ("veIm Ein laIsh goEl"), puesto que no hay salvador para quien se hunde por propia voluntad; un estado de turbiedad de la conciencia en el sentido de (Is. 42,19) "quién es ciego sino Mi siervo" ("mí 'ivér ki Im 'avdí"), porque sufre de la ceguera resultante de no reservar los ojos a lo sagrado. Abominación, "no comerás ninguna" ("ló toJál kól" = 532), porque es toda (Daniel 2,38) "cabeza de oro" ("roSháh di daháva", en arameo) que simboliza a los rigores del Dín, a las sentencias que hacemos pender sobre nuestras cabezas, a las que es posible debilitar por medio de alejarnos de toda tumAh, para endulzarlas luego con acciones dignamente positivas. De toda esta descripción, que apunta a la salud espiritual de Israel, es extrapolable una relativa a la salud espiritual de todos, y aún a las reglas básicas a seguir para la salud física del hombre en general.
No comerás "ninguna abominación" ("kol to'eváh" = 533); y no sólo comerla está prohibido, sino también todo disfrute o provecho de la toeváh. Al decir de rav Ashi en la guemará Julín 114b: ¿de dónde sabemos que la mezcla de carne y leche está prohibida su ingesta? De que está escrito: no comerás ninguna toeváh, todo lo que denominé toeváh te está prohibido comerlo. ¿Y de dónde sabemos que está prohibido su disfrute u provecho? De lo que dijo rabi Abáhu en nombre de rabi Elazár: cada lugar en que está escrito no se comerá, no comerás, no comeréis, en lenguaje duplicado, es uno por la ingesta y uno por todo disfrute o provecho -hasta aquí sus palabras. Porque el contacto con toda abominación trae al hombre a una condición como la del rey AjAb, sobre quien está escrito (Reyes1 21,26) "y se volvió acentuadamente abominación" ("vaita'év meOd"), por ser (Is. 48,4) "y tu frente inflexible" ("umitsjajá nejusháh") en rebeldía. Y tratándose del instinto del hombre que le atrae a perderse en lo abominable, acerca del instinto declara el profeta (Ez. 3,18) "y su sangre (la del hombre) de tu mano reclamaré" ("vedamó miadjá Avakésh"); y todo quien tiene conciencia despierta y conciencia sana de sí se prevendrá, y será salvo de todo mal.


אין תגובות:

הוסף רשומת תגובה