יום שבת, 8 באוגוסט 2015

reEh, aliah de domingo, Jesed en la semana

reEh, aliah de domingo, Jesed en la semana. Devarim-Deut. 12,4: "No haréis así a Hashém vuestro E-lokím"; acerca de lo cual explica Rash"i en nombre del midrásh Sifri: que no hagan como hacen los siervos de las diversas idolatrías, que con ello provocarían vuestros propios pecados que se destruya el Templo de vuestros ancestros -hasta aquí la cita-, no lo quiera Hashém.
De modo que "no haréis así a Hashém vuestro E-lokím" ("ló ta'asún kén laHashém E-lokeijém" = 1089), que no rija una (Is. 28,3) "corona de vanidad" ("'atéret gueUt") (Ez. 39,7) "dentro de Mi pueblo Israel" ("betój 'amí israEl"), porque la vanidad-orgullo anula los sentidos del alma y de por sí apartará de tí la bendición; sino solamente camina con integridad e inocencia ante Hashém, por el camino (Devarim-Deut. 9,16) "que Ordenó Hashém a vosotros" ("Ashér tsiváh Hashém Etjém"), y ten conciencia perpetua de que toda la bendición que pende sobre tí proviene de El pues tu plegaria (Samuel2 1,22) "no devolverá vacío" jamás.
Y si se ensaña sobre tí el enemigo -el externo, u el interno que sabotea desde tu corazón- que sabe que si (Reyes1 18,12) "me voy de tí, y el espíritu de Hashém te elevará" ("Eléj meItjá verúaj Hashém isaAjá"), y él está empeñado en impedir la redención que buscas, recuerda-evoca y activa (Jer. 14,21) "Tu pacto con nosotros" ("britjá Itánu") que te asegura que (Jer. 34,3) "no morirás por la espada" ("ló tamút bajérev") ni bajo arma alguna en todas tus lides, y desde la profundidad de la seguridad en Hashém (Ez. 3,9) "no temerás a ellos" ("ló tirá Otám"), (Jos. 11,8) "y los Entregará Hashém en mano de Israel" ("vaitném Hashém beiád israEl").
Y entonces, aún si contra tu voluntad eres arrastrado incluso hacia (Tehilim 46,10) "guerras hasta el extremo del mundo" ("miljamót 'ad ktséh haArets"), de Hashém provendrá el designio (Is. 49,6) "para erigir las tribus de Ia'akóv" ("lehakím Et shivtéi ia'akóv"), y El (Tehilim 20,3) "enviará tu ayuda desde lo sagrado" ("ishláj 'ezrejá mikódesh"), (Devarim-Deut. 15,6) "y gobernarás sobre pueblos muchos" ("umashálta begoím rabím"). Y reflexiona sobre ésto profundamente, también en la dimensión de una guerra entera que tiene lugar solamente en la profundidad de tu corazón. Porque (Crón.2 14,6) "reclamamos a Hashém nuestro E-lokím" ("daráshnu Et Hashém E-lokéinu") y Puso en nuestras manos (Tehilim 68,36) "vigor y potencias" ("'oz veta'atsumót") para dar batalla con sacralidad en aras de la redención del mundo, por cuyo anhelo (Nej. 1,6) "yo oro ante Ti hoy de día y de noche" ("Anojí mitpalél lefanéja haióm iomám valáilah"). Entonces se revelará la (Ester 1,13) "palabra del Rey ante todos los conocedores del uso y de la ley" ("dvár hamélej lifnéi kol iod'éi dat vadín"): (Mal. 3,1) "Héme que Envío a Mi ángel, y abrirá camino ante Mí", y ante la resolución milagrosa de todo, acaso suceda que (Tehilim 64,11) "y se ensalzarán (a sí mismos) todos los rectos de corazón", acaso seducidos, persuadidos, por la bendición que viven.
Si ello ocurre, y si no por cautela, evoca entonces todo el proceso desde su inicio, y abunda en relatar la historia de la salida de Mitsráim que se renueva en cada y cada generación, para que te asegures de aborrecer (Bereshit-Gen. 45,18) "el bien de la tierra de Mitsráim" ("Et tuv Erets mitsráim") que está hundida en el mal y también su bien está contaminado de mal, para distinguir entre luz y oscuridad, y para evitar el riesgo de que te traicione la sabiduría que adquiriste y te lleve a imaginar que de tí mismo nacieron el poder y la victoria; y para que no caigas en manos de quienes falsean y distorsionan ante tus ojos la verdad simulando u aún creyendo que de Hashém provienen sus palabras, cual te advirtió el profeta: (Ez. 13,6) "y son como prestidigitadores (que simulan magia pero en verdad hacen trucos) los que dicen palabras de Hashém, y Hashém no los envió (ni dijo lo que dicen)" ("vekésem kozév haOmrím neUm Hashém vaHashém ló shlajám"). Y todo ésto, como hemos dicho, tanto para la guerra exterior como para la interna (dentro de tí, de tu hogar, de tu sociedad, de tu nación) , frente al enemigo que se levanta a matarte, como frente a quien se hace pasar por rav y por sabio y por guía y te lleva a errar por caminos que Hashém no dispuso.
Así pues, "no haréis así" ("ló ta'asún kén" = 927) sino que esforzaos (Devarim-Deut. 11,22) "en caminar por todos sus caminos y apegaros en El" ("laléjet bejól drajáv uledovkáh bó"), "a Hashém vuestro E-lokím" ("laHashém E-lokeijém" = 162), porque (Is. 66,6) "la Voz de Hashém" ("kól Hashém") desde tu boca se hará oir (Devarim-Deut. 4,27) "en los pueblos" ("ba'amím"), para conducir a la creación hacia su enmienda redentora con amor y felicidad íntegras siempre.



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