יום רביעי, 26 באוגוסט 2015

Ki Tetsé, aliah de jueves, Hod en la semana

Ki Tetsé, aliah de jueves, Hod en la semana. Devarim-Deut. 23,25: "Cuando vengas en el viñedo de tu compañero, y comerás uvas a satisfacción de tu deseo; y a tus bolsillos no des" (la traducción es conceptual).
De acuerdo a la mayoría de las exégesis, acude  la Toráh a decirnos: si vienes al viñedo de tu compañero, cuando las uvas están maduras -que es decir en temporada de cosecha-; y tienes permiso del dueño del viñedo de entrar en él, de lo que se deduce que vas a trabajar en la cosecha por cuenta del dueño de las vides; en ese caso, seguramente apetecerás de las ricas uvas que abundan frente a tus ojos. Por consiguiente, para que el deseo que te producen las uvas no te distraiga del trabajo,  y el apetito no debilite tu cuerpo, y no falles en lo que te has comprometido a hacer, tiene permitido el obrero comer de aquéllo en lo que está trabajando (o sea: si en vides está cosechando, no comerá de los higos que hay más adelante en el mismo campo, sino sólo de las uvas que se halla ocupado en cosechar). Y tiene permitido comer sólo lo necesario para saciar su apetito, o sea de a poco y no groseramente o con voracidad -que no sería ya para la necesidad del cuerpo sino movido por la gratuidad aparente de lo que come-; y no guardará en sus bolsillos, no llenará bolsas de uvas para toda la familia, sino que se limitará a comer de poco en poco y de tanto en tanto mientras trabaja, cuidando siempre que su consumo no produzca daño u pérdida significativa al dueño del viñedo. Y así, el obrero trabajará con alegría y prestancia, y cuidará de su fuente de sustento, y vivirán en bien él y su familia y quien lo contrató, todos a una vez. Es posible ampliar este análisis en la guemará (Bába Metsía 92a) y en el Mishnéh Toráh del Rambá"m-Maimónides (Hiljót Sjirút cap. 12), y en muchas otras fuentes, y en los exégetas de la Toráh.
La Toráh representa una intermediación semántica, un conducto vinculante, entre el mundo superior y el mundo inferior, y entre el cuerpo y el alma; sus palabras están dirigidas a revelarse en el corazón del hombre, para que se conduzca en ellas desde una conciencia natural (educada) de lo justo y lo correcto, y así enmendará su instinto y dará a sus acciones de este mundo una forma digna y enraizada en el espíritu, por cuanto con la impronta de E-lokím fue creado. Por consiguiente, hallamos en este verso una instrucción moral para el dueño del viñedo, que le enseñará a sostener a sus obreros entusiastas y felices, y no afligidos por la contención y anhelantes de violar las reglas; y hallamos también una instrucción moral para el obrero, que podrá satisfacer su anhelo por la fruta que pasa por sus manos, mas se limitará para no producir daño, para no aprovechar lo que no le pertenece, en cuyo caso se arriesgaría a perder todo a cambio de un placer fugaz. Sin grandilocuencia, sin discursos ideológicos, sin protestas: sencillamente una situación puntual, que aparece en principio como una oposición recíproca de intereses entre aquél que defenderá su patrimonio y el otro, que lo querrá aprovechar. Viene la Toráh y genera un marco de comprensión y solidaridad mutua, de moderación en la pretensión y en el celo y en la contención, y también en el apetito, y en lo que se hará para satisfacerlo. Desde allí, reinará una sinergia buena entre todas las partes, que actúan juntos en shalóm para el bien del colectivo y de todos los individuos que lo integran.
Y hay mucho más en el interior de las palabras de nuestro verso. Cual estudiamos tanto de la profecía de Ieshaaiáhu (Is. cap.5) como de Shir Hashirím (Cantar 8,11: "un viñedo tenía Shlomóh-Salomón ... "), un "viñedo" ("kérem" = 260, 10 veces el valor del nombre sagrado de Hashém) representa al pueblo de Israel; el dueño del viñedo es el Creador, que en ocasiones entrega su cuidado y manutención a manos de encargados, de líderes que han de ser como pastores y agricultores cuidadosos, y que a veces se han dejado seducir por la tentación, y han descuidado al viñedo u al rebaño para aprovechar sus potestades en propio beneficio. De todos modos, en nuestro caso hay un viñedo listo para la cosecha, cargado de uvas buenas y maduras, que representa al pueblo de Israel en la consumación de su tikún-enmienda, en su mejor condición moral y espiritual, listo para la gueUláh-redención. Entonces, "cuando vengas en el viñedo de tu compañero". ¿Quién es el dueño del viñedo? Es tu compañero ("ré'ajá"), acerca de quien dirá la novia-Maljut en el Cantar de los Cantares 5,16: Es mi amado y Es mi compañero; es Hashém. De modo que cuando tú vives de acuerdo al camino de Hashém, haciendo tsedakáh y justicia, El se conduce contigo en términos de tu compañero, y tú advienes Su viñedo, acudes en tu condición más luminosa y espléndida a unirte a El. "Cuando vengas en el viñedo de tu compañero" ("ki tavó bekérem re'ajá" = 985), (Sam.1 18,26) "a casarte con el Rey" ("lehitjatén bamélej"). 
Es fácil distinguir a quien arriba a su tikún y se esmera en la corrección de sus cualidades, para asemejarlas a las del Creador. El que (ad)viene "en el viñedo de tu compañero" ("bekérem re'ajá" = 552) sabe en toda situación que (Bereshit-Gen. 33,9) "tengo en abundancia" ("iésh li róv") hoy, (Reyes1 2,15) "porque de Hashém le vino" ("ki meHashém haitáh ló") concientemente, y por cuanto dice de corazón todos los días (Bereshit-Gen. 49,18) "anhelé Hashém" ("kivíti Hashém"), que sólo de Hashém espera lo necesario para su realidad en este mundo, se cumple en él la promesa que indica: (Bereshit-Gen. 45,18) "y os Daré" ("vaEtnáh lajém"). Y tal como ocurrió con el mán-maná en el desierto, que caía cada día lo necesario para el día, y era una gran prueba para la fe y la seguridad del pueblo la prohibición de guardar aparte y ahorrar de él (con el objeto de procurar una seguridad inferior, palpable), también aquí, la fe íntegra salva al hombre enmendado de correr detrás de todo (Vaikra-Lev. 25,39) "trabajo de esclavo" ("'avodát 'éved"), y la seguridad en su Creador le salvará de todo cuanto acuda a él (Ez. 44,12) "a modo de obstáculo para hacerle incurrir en pecado" ("lemijshól 'avón"). (Jos. 1,7) "Sólo sé fuerte y valiente" ("rák jazák veEmáts"), y junto con la enmienda de tus cualidades en los hechos, no dejes de crecer en entendimiento y comprensión aprendiendo de un "talmíd jajám" (un discípulo sabio, continuador de la cadena de la sabiduría; y al decir de rabi Iojanán en nombre de rabi Shimón bar Iojái en la guemará Bejorót 31b: todo talmíd jajám las palabras de cuya boca son citadas en este mundo, sus labios se mueven hablando en el sepulcro), para arribar a un estado de deleite de los y tus mundos en unión [Crón.2 7,4]: "y el rey y todo el pueblo ofrecen ofrenda ante Hashém", ensalzando y regocijándose con El.
La novia, el pueblo de Israel en tanto luminaria para la creación toda, la Maljut-Reinado reparada, está lista ya, "en el viñedo de tu compañero" como hemos visto. Entonces, apetecerás "y comerás uvas" ("veAjálta 'anavím" = 629), plácida y reposadamente, [Tehilim 22,29] "porque de Hashém es el Reinado, y Gobierna sobre (todos) los pueblos"; y entonces... ¿qué podrá hacerme el hombre? (como en Tehilim 56,12). Hasta el punto que desde el estado de unión adquieres fuerza y coraje para ordenar: (Bereshit-Gen. 45,1) "quitad todo hombre de sobre mí" ("hotsíU kol Ish me'alái"), porque no tiene lugar sobre mí sino exclusivamente el Creador, que me ha anunciado que (Jer. 30,11) "pues contigo Yo, palabra de Hashém" ("ki Itjá Aní neUm Hashém"); el que verifica mi fidelidad en términos de que me esmere en hallar o disponer (Tehilim 89,15) "justicia y juicio (justo)" ("tsédek umishpát") en mi camino. 
Y a la hora de elevarte como un sacrificio de oláh íntegra para rectificar a tu cuerpo, y guiarle a conducirse por los caminos del espíritu, (Is. 52,13) "se elevará y se izará y se enaltecerá" ("iarúm venasá vegabáh") el hombre, alimentado de las uvas. Y atiende y reconoce y agradece por el estado de redención, y difúndelo y contágialo en derredor (Shemot-Ex. 19,7): "y convocará a los ancianos del pueblo" ("vaikrá leziknéi ha'ám"); y acerca de tí se dirá que hiciste (Crón.2 18,12) "y hablaste bien" ("vedibárta tóv").
Cuando de modo recto y justo te alimentas de las mejores uvas, bástate con comer "a satisfacción de tu deseo" ("kenafshejá sav'éja" = 862), todos juntos (Bereshit-Gen. 49,16) "las tribus de Israel" ("shivtéi israEl"); y en nombre de Hashém sal a procurar redención para el mundo, proponiendo a todo quien incline su oído para atender, que (Bamidbar-Num. 10,32) "cuanto Bien hará-hizo Hashém con nosotros, y haremos bien contigo" ("Ashér ieitív Hashém 'imánu vehetávnu láj"; nótese que la acción de Hashém hacia nosotros, en la lectura literal, está conjugada en futuro, y la nuestra hacia el resto, en pasado; para enseñarnos que hacer bien al prójimo debe ser algo consumado, fijo en nosotros, no dependiente de ningún otro factor, y en el Bien de Hashém a nosotros confiamos plenamente cada día hacia delante). Y ocúpate de establecer y sentar bases para la justicia en tu sociedad, como te fue ordenado: (Crón.2 19,5) "y dispondrá jueces en la tierra" ("vaia'améd shoftím baArets"); y con todos tus hermanos que se te unen y con todo lo que se halla (Tehilim 106,42) "bajo la mano de ellos" ("tájat iadám"), y aún con todos quienes se levantan (Ezra 3,3) "de los pueblos de las tierras" ("me'améi haAratsót") que no vienen a hacerse judíos o bnéi-Nóaj por miedo como en tiempos de Ester y Mordejái sino que llegan ahora por amor y anhelo de Verdad, (Is. 45,8) "y tsedakáh haz crecer en unión, Yo Hashém" ("utsedakáh tatsmíaj iájad Aní Hashém").
Sólo, una vez más, para que no fracases: "y a tus bolsillos no des" ("veEl keléja ló titén" = 998). De acuerdo a todo tu apetito y deseo, come y deléitate en Hashém, mas no guardes a escondidas en el bolsillo, no hagas cajas de ahorro y fondos de pensión en los bancos, no creas que hay utilidad alguna en amontonar riqueza, sino sabe siempre que el fluido vital llega a tí cada día para seguir fluyendo a tu través hacia donde es requerido, y sólo el mérito para el día de mañana es posible forjar con seguridad, por camino recto. De modo que, aún cuando el viñedo de tu compañero sea tu lugar de asiento, ten siempre presente que (Bereshit-Gen. 23,4) "converso y residente soy yo" ("guér vetosháv Anojí"), y un enorme regalo recibiste en tu capacidad de distinguir entre lo sagrado y lo profano, entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte. De modo que agradece a Hashém por cuanto (Crón.1 17,25) "Descubriste el oído de Tu siervo" ("guilíta Et Ozen 'avdejá") para hacerme capaz de atender a Tu palabra, y sólo entonces pide de El: (Tehilim 17,1) "Atiende a mi plegaria" ("haAzínah tfilotái"). (Reyes2 20,19) "Puesto que si shalóm y verdad habrá en mis días" ("haló Im shalóm veEmét ihiéh beiamái") como expresión externa de que el shalóm verdadero reina en mi conciencia de mí y en mi modo de actuar, se estará cumpliendo en mí Tu promesa (Jer. 31,2): "Y amor eterno te Amaré" ("veAhavát 'olám Ahavtíja").



אין תגובות:

הוסף רשומת תגובה