יום שישי, 7 באוגוסט 2015

Ekev, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

Ekev, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana. Devarim-Deut. 11,22: "Sino que cuidar cuidaréis a toda la mitsváh-orden ésta que yo ordeno a vosotros para hacerla: para amar a Hashém vuestro E-lokím, caminar en todos sus caminos, y apegarse en El".
Moshéh viene a recordarnos la fórmula del Shalóm particular y general, por caminos de teshuváh-retorno-arrepentimiento proactivo y amor. De hecho, todas las leyes necesarias para dar existencia al verdadero shalóm, están incluidas en la Toráh; y siempre se halla abierto ante el hombre el camino de retorno al bien: puesto que si cuidar cuidaréis proactivamente, en cuidado doble y esmerado, a "toda la mitsváh-orden ésta que yo ordeno a vosotros" ("kól hamitsváh hazóT Ashér Anojí metsavéh Etjém" = 1793), resultarán abiertas las puertas de la teshuváh (Mal. 3,7): "¿y no cuidasteis? retornad a Mí y Retornaré a vosotros" ("veló shamartém shúvu Elái vaAshúvah Aleijém"). Si el hombre vuelve a Hashém, Hashém ilumina Su presencia en el hombre.
El camino de la teshuváh fluye desde el interior del hombre hacia su expresión externa. Ante todo, en el corazón, "para amar a Hashém vuestro E-lokím" ("leAhaváh Et Hashém E-lokeijém" = 576), requiere una decisión firme de (Tehilim 34,15) "apártate del mal" ("sur merá'"), para descubrir que (Tehilim 42,3) "sedienta está mi alma" ("tsamAh nafshí") de conocer a (Os. 12,6) "El E-lokím de los Ejércitos Hashém" ("E-lokéi haTsebaOt Hashém") y amarLo (Tehilim 145,9) "por todos sus actos" ("'al kol ma'asáv"); así resguardado por la custodia y el amor, se cumplirá que Hashém (Bamidbar-Num. 6,24) "y te Cuidará" ("veishmeréja").
Todo tiempo que conduces tu vida por los caminos de Hashém, eres salvo. "caminar en todos sus caminos" ("laléjet bejól drajáv" = 772) implica ser liviano como el águila e indómito como el león, desde (Bereshit-Gen. 2,9) "el conocimiento de bien y mal" ("hadá'at tov vará'") de modo preciso, (Tehilim 33,4) "porque recto es el habla de Hashém" ("ki iashár dvar Hashém"). Y a medida que tu amor crezca y tus actos vayan por los caminos de Hashém con Emunáh-fe, (Reyes1 2,2) "y advendrás hombre" ("vehaíta leIsh") en todo el potencial de la palabra: que la impronta de E-lokím es apreciable en tu rostro, y te dará Hashém un amor terreno a imagen de Su amor por tí, en Su decir (Bereshit-Gen. 2,18) "le Haré una ayuda frente a él", (Devarim-Deut. 5,29) "y prolongaréis días" ("vehaArajtém iamím") sobre la tierra.
Y desde allí, el camino hacia el Shalóm, hacia la completitud, desde el apego de los dos miembros de la pareja que se sirven recíprocamente de apoyo y ayuda, y se unen en su Creador en todo pensamiento, palabra y acción. "Y apegarse en El" ("uledovkáh bó" = 155), la etapa de la hamtakáh-endulzamiento de todos los caminos del hombre, no es algo que ocurra en el alma o en la mente u en el corazón, sino justamente (Bereshit-Gen. 7,8) "sobre la tierra" ("'al haAdamáh"), justamente (Jos. 4,24) "todos los días"; un apego íntegro y lleno de alegría, que alienta la conciencia cabal de que Hashém supervisa y cuida de todos quienes Le aman, (Bereshit-Gen. 35,3) "y estará conmigo" ("vaiehí 'imadí") siempre.



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