יום שלישי, 4 באוגוסט 2015

Ekev, aliah de miércoles, Netsaj en la semana

Ekev, aliah de miércoles, Netsaj en la semana. Devarim-Deut. 10,1: "En la ocasión esa, Dijo Hashém a mí: Tállate dos tablas de piedra como las primeras, y sube hacia Mí a la montaña; y te harás un armario de madera". 
Las primeras tablas del pacto eran completamente celestiales, creación y producción de E-lokím; su carácter tan elevado resultó inabarcable para este mundo, y se rompieron. Para las segundas tablas, la preparación es distinta: se requiere un despertar, un primer paso desde lo bajo, acción humana que recibirá forma de la escritura de Hashém.
Y entonces, "en la ocasión esa, Dijo Hashém a mí" ("ba'ét hahí Amár Hashém Elái" = 797) nos señala como ejemplo la instrucción de Itsják a su hijo: (Bereshit-Gen. 27,7) "tráeme caza y haz para mí delicias" ("havíAh lí tsáid ve'aséh lí mat'amím"); pues desde el esfuerzo particular tuyo, te tornarás apto de recibir la bendición. Todo en términos de ida y vuelta, luz directa y luz que retorna a su fuente, recibir para incidir e incidir para merecer que se renueve la bendición de la luz. Así, el hecho mismo de que Hashém dice a Moshéh, le habla, supone que (Shemot-Ex. 28,3) "hablarás a todos los sabios de corazón" ("tedabér El kol jajméi lev"), alúmbrales como yo te alumbro a tí, hasta el punto en que (Nej. 9,13) "y habla con ellos desde el firmamento" ("vedabér 'imahém mishamáim", porque la transmisión fiel se asemeja a su origen primero, y al decir de rabí Ionatán en la guemará Nedarím 72b: el enviado-delegado de un hombre es como él mismo -hasta aquí; y así el enviado del enviado, etc.); y todo quien recibe incide con bien en su prójimo hasta que, de la luz que uno se elevó a recibir, (Zaf. 3,8) "comerá toda la tierra" ("toJál kol haArets").
A la cabeza de la instrucción, "tállate dos tablas de piedra como las primeras" ("psól lejá shnéi lujót Abaním kariShoním" = 1748), como aquéllas (Bamidbar-Num. 19,15) "que atendieron a tu atención" ("Ashér sham'ú shim'ajá") gratis, y éstas segundas atenderán y recibirán por tu mérito: por el mérito de tu esfuerzo proactivo, de que tomas la piedra bruta y extraes de ella con tus manos las dos tablas, dotas a tu corazón de forma hábil para recibir la Palabra.
Y cuando estés listo, distínguete, hazte sagrado: "y sube hacia Mí a la montaña" ("ve'aléh Elai hahárah" = 367) como subiría (Shemot-Ex. 25,20) "un hombre a su hermano" ("Ish El Ajív"), para traer enorme redención (Tehilim 40,11) "a una congregación grande" ("lekáhal ráv"), (Tehilim 107,6) "cuando penoso les es" ("batsár lahém"). Entonces, yérguete sobre tus piernas: una pierna es tu (Prov. 13,15) "mente buena", inclinada puramente al bien, y una pierna al decir de (Prov. 11,19) "así tsedakah-caridad para la vida" ("kén tsedakáh lajaím") en tu vida de acción. De este modo, la elevación ocurre de por sí: sólo di (Job 21,3) "elevadme" ("saUni"), y te hallarás conmigo en la montaña.
Y ahora que la forma de la palabra -de la verdad, de la luz- fue hecha por tus manos, también debes haberle hecho ya un conducto, un recipiente para cuidar de la luz. "Y te harás un armario de madera" ("ve'asíta lejá Arón 'éts" = 1253) acerca la redención en mérito de la unión plena entre el Creador, y su creatura hacedora. El hombre se remite a la tierra (Ez. 17,7) "para regarla" ("lehashkót Otáh") con sus acciones, y la luz de Hashém pasa a través del hombre que le sirve de conducto (Ez. 36,25): "y Arrojé-Arrojaré sobre vosotros aguas puras" ("vezarákti 'aleijém máim tehorím") que riegan todo sin ulterior intervención del hombre. La solidaridad del hombre abre un conducto a la solidaridad divina. Entonces sabremos (Is. 52,7) "cuánto bellecen sobre las montañas los pies del anunciador" ("máh naVú 'al heharím ragléi mevasér") que se aproxima, y sus palabras son oídas (Devarim-Deut. 4,19) "debajo de todos los firmamentos" ("tájat kol hashamáim"), y dicen: (Is. 26,19) "Despertad y regocijaos, pobladores del polvo" ("hakítsu veranenú shojnéi 'afár") que dormíais hasta ahora y ha llegado el tiempo de que volváis a la vida.
Y cada quien que aplique a su lectura el recto entendimiento, extraerá de él lineamientos poderosos para conducirnos en este mundo, por caminos de gueUlah-redención.

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