יום שני, 3 באוגוסט 2015

Ekev, aliáh de martes, tifEret en la semana

Ekev, aliáh de martes, tifEret en la semana. Devarim-Deut. 9,7: "Evoca-recuerda, no olvides, (a) todo lo que hiciste encolerizar a Hashém tu E-lokím en el desierto; desde el día en que saliste de la tierra de Mitsráim hasta vuestro arribo al lugar éste, obstinados-rebeldes fuisteis con Hashém".
El verso completo tiene valor 6548, igual al tikún-enmienda completo a aquéllo que nos es ordenado sostener en la memoria, y a la vez, evitar olvidarlo [Devarim-Deut. 4,40]: "Y cuidarás Sus leyes y Sus preceptos, que yo te ordeno hoy, que te hará bien (a tí) y a tus hijos tras de tí, y para que prolongues días sobre la tierra que Hashém tu E-lokím te Da, todos los días". Esto, falta contra su reparación, frente a frente, en una visión global para el verso entero.
"Evoca-recuerda, no olvides" ("zajór Al tishkáj" = 986), es una estrategia hábil para vencer obstáculos, distracciones, y aún trampas de las que nosotros mismos nos ponemos en el camino. Recuerda, convoca, atráelo a tu presente. Y no basta con la acción cognitiva puntual de abarcar, en nuestra visión de mundo, lo que nosotros mismos corrompimos: esa conciencia debe germinar y crecer y engendrar actitud, y eso será posible todo tiempo que no dejes de tenerla presente ni por un instante. "Evoca-recuerda, no olvides" se resume en la orden (Shemot-Ex. 12,17) "y cuidaréis" ("ushmartém") en términos de "Toráh realizada en honor a su propio valor" ("Toráh lishmáh", y al decir de rabí Elazár en la guemará Sucáh 49b: Toráh lishmáh, esa es Toráh de Jésed -de piedad, de amor-), Torah que se estudia o se ejerce no con el objeto de llegar a nada, sino por el valor y la cualidad intrínsecas a la Torah en sí. "Retornamos en teshuvah" ("jozrím bitshuváh") sobre la (Ez. 11,17) "tierra de Israel" ("Admát israEl"); y desde allí, la teshuváh y la rectificación dulce de todo se expanden hacia el mundo.
¿Y cuál es la sustancia de esta evocación cardinal? Que "hiciste encolerizar a Hashém tu E-lokím en el desierto" ("hiktsáfta Et Hashém E-lokéja bamidbár" = 1416). ¿Que diremos y qué alegaremos ante una acusación tan clara, de culpa así de evidente? Sólo nos resta elevar nuestros brazos en claudicación, en confesión sincera y vergonzosa, y suplicar: [Lam. 5,21] "Devuélvenos Hashém a Tí y volveremos; renueva nuestros días como antaño" ("hashivénu Hashém Eléja venashúvah, jadésh iaméinu kekédem"). Danos una exención de deudas, otra oportunidad, y todo lo que hemos aprendido nos servirá de herramienta para tener éxito ahora.
Desde el día en que saliste de la tierra de Mitsráim hasta vuestro arribo al lugar éste, a lo largo de todo el camino que conduce de la servidumbre a la libertad, "obstinados-rebeldes fuisteis con Hashém" ("memrím heitém 'im Hashém" = 931); y por Su infinita misericordia sobrepasará Hashém el pecado (Bereshit-Gen. 50,24) "y E-lokím visitar-tomar os visitará-tomará" ("veE-lokím pakód ifkód Etjém") en pasado y en futuro, puesto que (Reyes1 18,31) "Israel será tu nombre" ("israEl ihiéh shméja") y estás destinado a ser luz para los pueblos, y verán en tí que no hay provecho para nada (Nej. 9,29) "que haga hombre" ("Ashér ia'aséh Adám") si no le traen todas sus elecciones (Os. 6,3) "al conocimiento de Hashém" ("ladá'at Et Hashém"). Y como explica el Séfer hajinúj (mitsváh 16): Sabe que el hombre es influido-activado por sus propias acciones, y su corazón y todos sus pensamientos siempre siguen a las acciones en que se ocupa, ya de bien, ya de mal. E incluso alguien cuyo corazón está sumido en el mal y todo el instinto de sus pensamientos es sólo mal todo el día, si doblega a su espíritu y pone su esfuerzo y disciplina en la Toráh y en (el cumplimiento de) las mitsvót-preceptos, aún si no lishmáh (aún si no con intención conciente de consagrarse en ellas), en seguida se inclinará hacia el bien, y a partir de lo que ha hecho no lishmáh pasará a hacer lishmáh. Y por la fuerza de las acciones que lleva a cabo (de su modo de actuar ajustado a la Toráh) extinguirá a su instinto de mal (extinguirá el mal de su instinto), pues en pos de las acciones se estiran los corazones -hasta aquí. Porque el nóam-agrado de Hashém pende sobre nosotros, y ese nóam nos da vida para llevar a cabo acciones que nos erigen y definen y determinan, y erigen y determinan también los conductos a cuyo través la bendición de lo Alto regirá sobre nosotros. No hay razón para que se abstenga el hombre de abrir los ojos a la sustancia y el sentido de su vida, y elegir sabiamente sus caminos, para bien suyo y de cuanto a él todos los días.



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