יום חמישי, 30 ביולי 2015

vaEtjanán, aliah del viernes, Iesód en la semana

vaEtjanán, aliah del viernes, Iesód en la semana. Devarim-Deut. 6,19: "Repeler a todos tus enemigos de frente a tí, como dijo Hashém".
Si cuidamos y activamos todas las mitsvót-preceptos de la Toráh, para hacer el bien y lo correcto a ojos de Hashém, no sólo nos asentaremos con seguridad en nuestra tierra, sino que también lograremos "repeler a todos tus enemigos de frente a tí, como dijo Hashém" ("lahadóf Et kol Oivéja mipanéja kaAshér dibér Hashém" = 1566). ¿Quiénes son realmente esos enemigos de los que es necesario liberarnos en nuestra tierra? El valor del verso apunta tercamente a nuestro enemigo interior, en su igualdad a lo que pedimos de corazón justo en los días de juicio de Tishrei: "Tórnanos en teshuvah completa ante Tí" ("hajazirenu bitshuvah shlemah lefanéja"), antes del toque de shofár ("teki'át shofár") que acude a despertar los corazones, y especialmente en Iom Kipúr, (Vaikrá-Lev. 16,31) "shabát shabatón es para vosotros" ("shabát shabatón hí lajém"). 
Pero, ¿cómo puede ser? ¡Tenemos una buena dotación de enemigos contra los que nos vemos forzados a luchar por nuestras vidas, en la tierra de Israel! Sucede que así dice Hashém: Tú lucha contra tu enemigo interior, y Yo Lucharé por tí contra el enemigo exterior. Que por mérito de la enmienda de nuestras cualidades y la teshuváh permanente en nuestro interior (personal, familiar, nacional), sucederá también que (Jue. 3,28) "porque Dio Hashém a vuestros enemigos, a MoAb, en vuestra mano" ("ki natán Hashém Et Oiveijém Et moAb beiedjém"). Y no es casual que elija decirlo "a vuestros enemigos, a MoAb" ("Et Oiveijém Et moAb" = 934), que señala una fuerza imponente desplegada contra todo quien se atreva a salir contra Israel, como dice el profeta (Ez. 6,12) "y agotaré mi furia" ("vekiléiti jamatí"), que es como si toda la ira del Creador se volcara sobre ellos, y en general, (Ov. 1,15) "tu recompensa volverá en tu cabeza" ("gmuljá iashúv beroshéja"), que rige sobre ambos lados de la batalla: al malvado volverá su maldad, y al tsadík su justicia, "juntos, todas las tribus de Israel" ("iajad, kol shivtéi israEl").
Pues de hecho, "repeler a todos tus enemigos de frente a tí" ("lahadóf Et kol Oivéja mipanéja" = 813) no requiere siquiera guerra, puesto que en el mismo mecanismo en que ocurre que (Bereshit-Gen. 1,3) "y dirá E-lokím sea luz, y será luz", ocurrirá que Dirá al enemigo (Bereshit-Gen. 4,11) "maldito (eres) tú" ("Arúr Atáh"), y desde allí se desplegará una nueva situación en que (Vaikra-Lev. 13,50) "y demarcará la peste" ("vehisguír Et hanéga"), y es bueno para el justo tsadík, y bueno para su vecino.
Y todo se hará "como dijo Hashém" ("kaAshér dibér Hashém" = 753), (Bereshit-Gen. 29,13) "(a) todas estas cosas" ("Et kol hadvarím haEleh"), en que reside la fuerza para (Sam.1 14,6) "salvar en mucho u en poco" ("lehoshí'a beráv O bime'át"), porque (Tehilim 7,6) "será perseguido el enemigo de mi alma" ("iradéf Oiév nafshí") hasta que huya por su vida. En este camino del pacto que conecta a Israel (y a partir de la influencia de Israel, a todos los hombres piadosos del mundo) con su Creador, enmendaremos nuestra situación de seguridad, tanto cada individuo como la nación: a la organización Hamás la anulamos por medio de enmendar el "hamás" (robo, estafa, expoliación) de entre nosotros, y así sucesivamente, la misma fórmula contra todos los enemigos de fuera, que son reflejo de nuestros enemigos de dentro (alimentados todos, éstos y aquéllos, por nosotros mismos); y con ayuda de Hashém, haremos y triunfaremos.




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