יום שישי, 31 ביולי 2015

vaEtjanán, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

vaEtjanán, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana. Devarim-Deut. 7,11: "Y cuidarás (a) el precepto y (a) las leyes y (a) los juicios que Yo te Ordeno hoy, para hacerlos".
Ante todo, "y cuidarás" ("veshamárta" = 946). Hay en esa custodia o cuidado una faz de perpetuación, de incluir lo cuidado en el presente conciente, en carácter de "Maljut de Netsaj" ("maljút shebanétsaj"): sostener y habilitar en el mundo real (Maljut) lo cuidado a perpetuidad (Netsaj). Quien cuida la Torah, recuerda siempre agradecer al "Bendito que Dijo y fue el mundo" ("Barúj sheAmár vehaiáh ha'olám", en nuestra plegaria matutina de cada día), y de ese modo declara que (Tehilim 119,30) "camino de Emunah-Fe elegí" ("dérej Emunah bajárti"); y en nombre del oficio que custodio -el del camino de fe-, recibo el coraje necesario para cada mérito que acude a mis manos, indiferentemente a que su realización se corresponda o no con mis fuerzas y habilidades; como Iaakóv sobre quien está escrito (Bereshit-Gen. 29,10) "y descubrirá la piedra de sobre la boca del pozo" ("vaiáguel Et haEven me'al pí habeEr"), como Moshéh de quien sabemos que (Shemot-Ex. 14,27) "Y extenderá Moshéh su mano sobre el mar" ("vaiét mosheh Et iadó 'al haiám"), y entonces el mar se partió y apareció tierra seca entre los muros de mar. Para llegar a una situación en que el Templo se erige en el corazón del hombre, (Shemot-Ex. 29,37) "y será el altar sagrado entre lo sagrado" ("vehaiáh hamizbéaj kódesh kodashím"): el hombre vigila la impronta divina que le constituye, y se asemeja a su Creador, para hacer (Reyes1 22,54) "como todo lo que Hizo" ("kejól Ashér 'asáh").
¿Y cuál es la sustancia de lo que hay que cuidar? "(a) el precepto y (a) las leyes y (a) los juicios" ("Et hamitsváh veEt hajukím veEt hamishpatím" = 2008), (Amos 3,1) "que elevé de la tierra de Mitsráim para decir-hacer" ("Ashér he'eléti meErets mitsráim leEmór"): también la Toráh, y la Shejináh (la Presencia revelada de Hashém), estuvieron en el exilio durante nuestro exilio en Mitsráim, y el pueblo de Israel es el vínculo, la palanca (en el más puro sentido físico) necesaria para elevar a las mitsvót al nivel de la acción, redimir a la Shejináh que culmina dotando nuevamente a la luna de luz propia.
El cuidado se lleva a cabo desde una conciencia plena de "que Yo te Ordeno hoy, para hacerlos" ("Ashér Anojí metsavjá haióm, la'asotám" = 1645). En simetría perfecta, medida por medida, regla frente a regla, (Vaikrá-Lev. 25,21) "E Impondré Mi bendición para vosotros" ("vetsivéiti Et birjatí lajém"): la bendición-en-sí recibe orden de regir sobre nosotros, a partir de nuestro cumplir la misión que nos es connatural.


Y por mayor detalle, "para hacerlos" ("la'asotám" = 846) es cuestión de acción misma, acción que nos vincula y eleva hasta las cualidades del Creador. Para comenzar, (Vaikrá-Lev. 19,33) "en vuestra tierra no estafaréis" ("beArtsejém ló tonú"): dar realidad a los preceptos de la Torah se refleja en que no hay estafa ni robo ni malversación ni chantaje ni expoliación en nuestra tierra; en términos del Baal Shem Tov, un tikún de la Hajnaáh que es asunción cabal de la verdad; en términos de Tehilim-Salmos 34,15, se trata de apartarnos del mal viendo bien. Y entonces, la segunda fase, de Havdaláh que es discriminación entre las luces y las sombras, tras apartarnos del mal, haciendo el Bien: entre el hombre y su prójimo, como está escrito (Ez. 18,7) "su pan al hambriento dará" ("lajmó lara'év itén"), entre el hombre y Hashém como está escrito (Crón.1 29,21) "y ofrendarán a Hashém ofrendas, y elevarán sacrificios de oláh a Hashém" ("vaizbejú laHashém zbajím vaia'alú 'olót laHashém"). Y ya en la etapa de Hamtakáh, de endulzamiento de la realidad entera, la acción de bien entre el hombre y sí mismo, buscando shalóm y procurándolo, en conexión de su alma con su raíz en E-lokím, "para hacerlos" equivaldrá también a (Nej. 6,2) "hacer para mí", que es para mí y para el único Mí a una vez. 

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