יום רביעי, 8 ביולי 2015

Pinjás, aliah de jueves, Hod en la semana

Pinjás, aliah del jueves, Hod en la semana. Bamidbar-Num. 28,10: "(ofrenda de) oláh de shabát, en su shabát; sobre la (ofrenda de) la oláh de tamíd y su libación".
La ofrenda oláh de shabát debe ser ofrecida específicamente en su shabát. Como explica Rash"i: "Y no la oláh de este shabát ofrecida en otro", ni compensando más tarde ni adelantando la ofrenda para salir de vacaciones..., sino cada cosa en el momento que le es propicio, como el principio de "vivir con el tiempo" que nos enseñó el Ba'al Shem Tov (sobre el que se basa toda la idea de estos estudios diarios que compartimos): que hallemos los desafíos de cada día en el fragmento de la Torah que le está ligado.
La oláh de shabát debe ser elevada, también, específicamente sobre la base de la oláh de "tamíd" (literalmente de "siempre") y su libación, que rigen cada día; y no hay modo de elevar la oláh especial de shabát sin haber dado cumplimiento previamente a la mitsvah del tamíd. "la oláh de shabát en su shabát" ("'olát shabát beshabató" = 1912) señala a la declaración de que (Tehilim 119,117) "muchos son los que me persiguen y los que me acosan; de Tus testimonios no me desvié": sin que importen las circunstancias, mi fidelidad a la verdad se yerguerá siempre y no declinará ni siquiera bajo el peso de la necesidad y la emergencia, porque sé que los que me acosan y persiguen vienen sólo a probar si no me desvío bajo su presión de Tu verdad, y representan entonces una oportunidad de enmendar mi "teshuvah" y fortalecer la rectitud de mi camino, para tornarme plenamente hábil de redención.

La oláh de cada shabát en su shabát se apoya en el secreto de la vida que se perpetúa, en la "oláh de tamíd y su libación" ("'olát hatamíd veniscáh" = 1100), que nos remite a que (Bamidbar-Num. 21,1) "y será todo el mordido (por las serpientes), y lo verá, y vivirá".  Que no importa si la espada filosa parece estar a punto -no lo quiera Hashém- de cortar tu cuello, o si la serpiente ya te mordió: basta que despierte en tí la irAh, el temor sagrado frente al Absoluto, y que por ello alientes en tí la teshuvah (que es todo el sentido de la serpiente de cobre, ante cuya visión se llenaba el desahuciado de temor numinoso y se curaba y vivía), y por ello te salvarás en inflexión grandiosa de tu destino, y la salvación de Hashém es como el relámpago, como un pestañeo.
El proceso, tal como se nos hace más claro a cada paso que avanzamos b"H, comienza por rectificar el vínculo entre nosotros y nuestro prójimo (que pasa a su vez por rectificar mi vínculo conmigo mismo). Nuestro verso completo, en su valor 3112, nos ordena (Jerem. 34,10) "soltar el hombre a su siervo y el hombre a su sirviente, (y hacerlos) libres" ("lishlóaj Ish Et 'avdó veIsh Et shifjató jofshiím"); que nos ocupemos de liberar todo lo que está sometido a nuestro arbitrio, y que no sojuzguemos a nuestro prójimo de ningún modo y bajo ningún disfraz u apodo que demos a la acción de erigirnos en su amo.
Y entonces, (Jos. 2,24) "y dijeron a Iehoshúa que entregó Hashém en nuestra mano toda la tierra (de Israel); y también se esfumaron todos los asentados en la tierra (de Israel) de ante nosotros" ("vaioMrú El iehoshú'a ki natán Hashém beiadénu Et kól haArets vegám namógu kól ioshvéi haArets mipanéinu"). ¡Así son de verdad las guerras de Israel!, así de cristalina la justicia del Creador cuando el brazo del hombre la expresa. Otra vez, la enmienda del vínculo social hacia la solidaridad recíproca sobre una base consensual de justicia y amor, se fortalece en tanto condición al proceso redentor cuanto más profundizamos en detallar el sentido de lo escrito: "entregó Hashém en nuestra mano toda la tierra" ("natán Hashém beiadénu Et kól haArets" = 1345), naturalmente, exige nos sostengamos en lo que aceptamos (Devarim-Deut. 27,17): "Maldito quien profana el límite de su prójimo (quien lo viola, o quien cerca para sí en la propiedad del otro), y dijo todo el pueblo Amén", para que no osemos volver a atrapar y someter, a quien antes sólo para salvar las apariencias 
liberamos. Y con ello, apenas con ello, seremos merecedores de la continuación: "y también se esfumaron todos los asentados en la tierra (de Israel) de ante nosotros" ("vegám namógu kol ioshvéi haArets mipanéinu" = 1052), que es el shalóm de nosotros hacia fuera como resultado del shalóm entre nosotros y hacia dentro, en que se cumple la promesa, según la cual la oláh de shabát en su shabát, ofrecida de acuerdo a su norma sobre la oláh de tamíd y su libación (ésto es: el tikún del shalóm y la responsabilidad solidaria en reciprocidad, adentro y afuera), abrirá nuestra capacidad de relacionarnos con la intimidad de nuestro lugar, con la (Shemot-Ex. 3,8) "tierra que mana leche y miel" ("Erets zavát jaláv udvásh") en una belleza y dulzura que no se han visto como ellas en el mundo, para incidir gozosamente en la enmienda global, hacia la redención completa que estará siendo edificada, con ayuda de Hashém, en la acción de nuestras propias manos.




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