יום שבת, 4 ביולי 2015

Pinjás, aliah de domingo, Jesed en la semana

Pinjás, aliah de domingo, Jesed en la semana. Bamidbar-Num. 26,1: "Y será después de la peste; y dirá Hashém a Moshéh y a Elazár hijo de Aharón el cohén-sacerdote, para decir-hacer".
El pueblo de Israel, siquiera sólo en parte pequeña de él (provisto que somos todos responsables solidarios los unos por los otros) se derrumbó en la tentación de las hijas de Moáv. Y los tsadikím-justos son juzgados, por piedad de lo Alto, de inmediato, para ser salvos de penuria en el futuro porvenir; y son juzgados por todo, hasta por el detalle de grosor tan mínimo como el de un cabello. Así, no hay nada más fácil de comprender que lo ocurrido aquí. Y será "después de la peste" ("Ajaréi hamaguefáh" = 352), que tuvo lugar (Is. 21,20) "porque la boca de Hashém habló" ("ki pí Hashém dibér"); de hecho, todo lo que es, de boca de Hashém es, en términos de que todo es de modo revelado causa y efecto, y dirá Hashém "a Moshéh y a Elazár hijo de Aharón el cohén para decir-hacer" ("El moshéh veEl El'azár ben Aharón hacohén leEmór" = 1380)  que está inscripto en la naturaleza del hombre que (Jer. 2,11) "te hará sufrir tu mal" ("teiasréka ra'atjá"), que la causa del sufrimiento es el mal que hay y actúa en tí mismo ya conciente o no, ya intencional o no; y si logras liberarte de tu propio mal, te salvarás también del sufrimiento, en este mundo y en el porvenir.
Vemos claramente: Israel se dejó caer en la trampa de las hijas de Moáv, y por piedad de Hashém fue juzgado por ello en el acto, de modo que la mortandad y el sufrimiento ocasionados por la peste, y especialmente la teshuváh del pueblo sobresaltado por el terror, acuden de inmediato a expiar por ellos (y quien reflexione rectamente verá cómo el mismo guión es puesto en escena por doquier, en la vida individual y colectiva, en nuestros mismos días, por la piedad inmensa de Hashém). "Y será después de la peste; y dirá Hashém a Moshéh y a Elazár hijo de Aharón el cohén-sacerdote, para decir-hacer": nuestro verso entero tiene valor 2046, idéntico al del verso completo en que meditamos anteayer, en el decir de Balák a Bilám: [Bamidbar-Num. 24,11]: "Y ahora, húyete a tu lugar; dije que honrar te honraré, y hé que te ha impedido Hashém de (recibir) honor". Israel cayó, fue retribuido-castigado, se arrepintió proactivamente en teshuváh, e inmediatamente fue censado, a modo de una etapa inaugural en los últimos aprontes para arribar a su tierra Bilám, tras el mismo evento, se abstuvo de teshuváh, quedó atrapado en la maldad de su alma, y fue capturado y ejecutado de modo humillante, entre las tinieblas de su conciencia, mientras no logra siquiera ver qué y por qué salió tan pero tan mal la ejecución de sus planes. Sea Su voluntad, y así se resuelva el destino de nuestros enemigos (de los enemigos de la justicia y de la libertad, y del shalóm, y del amor), sin necesidad ya nunca más de que nosotros caigamos previamente en las trampas fútiles de la necedad y entonces suframos penurias y nos lamentemos; porque hemos aprendido la lección de nuestros ancestros y nos apegamos a Hashém nuestro E-lokím, para bien nuestro de cuanto nos ha, a perpetuidad.



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