יום שני, 13 ביולי 2015

Matót, aliah de miércoles, Netsaj en la semana

Matót, aliah de miércoles, Netsaj en la semana. Bamidbar-Num. 31,41: "Y entregará Moshéh el impuesto de ofrenda a Hashém a Elazár el Cohen, cual Ordenó Hashém a Moshéh".
En los versos previos nos fueron revelados algunos fundamentos para el sistema impositivo que ha de regir en un estado que opera rectamente, siguiendo la justicia de Hashém. Tenemos a los hombres del ejército que salieron a la batalla y vencieron a Midián tal como Hashém ordenó, tenemos el enorme botín que trajeron consigo, y tenemos a todo el resto del pueblo que les respaldó desde su lugar. El orden de reparto del botín es claro: la mitad corresponde a los soldados que salieron a la batalla, y la otra mitad corresponde a todo el resto del pueblo. De la mitad que corresponde al pueblo, se descontará un impuesto del 2%; de la mitad que corresponde a los soldados, el impuesto será de sólo el 0,2%. 
De aquí podremos estudiar y deducir cómo es correcto repartir, y qué fracción corresponderá al estado para sostener a sus funcionarios, no sólo de un botín de guerra sino de todo lo que se le parece formalmente, de todo lo que resulta del trabajo privado realizado sobre la base de algo que es propiedad o beneficio correspondiente a toda la nación: tesoros y recursos naturales de lo profundo de la tierra y el mar, explotación privada de recursos comunes como playas y bosques y reservas naturales, y la lista es larga. Todo lo que es beneficio y ganancia a partir de algo que pertenece a la nación entera, se dividirá a medias entre quienes hacen el trabajo u lo administran (llamémosles, por ejemplo, concesionarios, licenciatarios), y todo el resto del pueblo, que detenta por naturaleza derecho y propiedad común sobre el bien explotado. De igual modo, aprenderemos aquí la diferencia correcta entre el régimen impositivo que aplica a quienes sacrificaron e invirtieron y hasta arriesgaron de sí para beneficio de todos, y el que aplica a quienes se ven beneficiados por la mera bendición de formar parte del colectivo.
Moshéh recauda los impuestos y los transfiere a la dirigencia sacerdotal, a los trabajadores públicos cuya labor se orienta exclusivamente a procurar el bien común. Transfiere el "impuesto de ofrenda a Hashém" ("méjes trumát Hashém" = 1192), en nombre de Hashém, (Daniel 9,6 y otros) "a quienes Le aman y a quienes cuidan Sus preceptos" ("leOhaváv uleshomréi mitsvotáv"). Y el paralelismo no es obvio: de hecho, sólo los cohaním-sacerdotes recibirán lo recaudado; ¿acaso sólo ellos aman a Hashém y cuidan sus mitsvót? Acude la Torah a decirnos que en un estado recto, los trabajadores públicos no representarán jamás una carga para el pueblo, sino que el bien de ellos se identifica de inmediato con el bien común y general: el pueblo los sustentará a ellos, y cuanto ellos hacen atrae el sustento al pueblo todo; y cuanto ellos reciban resultará transparentemente ganancia limpia y pura para todos quienes pagan impuestos sin excepción.
"Y entregará Mosheh" ("vaitén mosheh" = 811), y su entrega dice: (Prov. 1,8) "Atiende hijo a la moral-legado de tu padre" ("shmá' bní musár Avíja"); legado para todas las generaciones entrega Mosheh en este acto; y también señalará que (Prov. 31,30) "mentira de la gracia y vanidad de la belleza" ("sheker hajén vehével haiófi"), pues sólo la irAh, el temor reverencial ante Hashém y Su ley, la conducción honesta y solidaria, amable para Creador y creaturas por igual, despertará en cada quien la "pulsión" ("tshukáh", anhelo, deseo) de continuar unidos y crecer juntos, para enmendar y enmendarnos con shalóm. Y esa es la sustancia del "impuesto de ofrenda a Hashém a Elazár el Cohen" ("méjes trumát Hashém leEl'azár hacohén" = 1610), y en ella, las palabras de Hashém a todo Israel en boca del profeta: (Oseas 2,21) "Y te comprometeré (en unión conyugal) para Mí, con justicia y con juicio" ("veErastíj lí betsédek ubemishpát"), con justicia en la práctica, y con juicio justo para cada caso. La fórmula para la unión perfecta entre Israel y el Creador, que desde Israel, abarcará por fin a la creación toda. 
Y de que tomemos para nosotros, proactivamente, estos principios, "como Ordenó Hashém a Mosheh" ("kaAshér tsivah Hashém Et mosheh" = 1394) nos dará una promesa triple. En la dimensión individual, (Bamidbar-Num. 17,20) "el hombre que Elegiré, su cayado florecerá" ("haIsh Asher Evjár bó matéhu ifráj"); a nivel de la comunidad, (Isaías 51,11) "regocijo y alegría alcanzarán" ("sasón vesimjah iesigún"); y a nivel de la nación completa, (Ester 9,1) "que se impondrán los judíos, ellos sobre quienes les odian" ("Asher ishletú haiehudím hémah besonEihém"). Justo en el día de Netsaj-Victoria en la semana, en días en que nos hallamos sumidos en lid contra el "Hamás" (tanto en su sentido literal de robo y expoliación que debemos erradicar de nuestra sociedad, como en términos del grupo terrorista que busca aniquilarnos), este estudio y sus implicancias puede que sean de importancia extrema para la vida de todos. 

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