יום שבת, 11 ביולי 2015

Matót, aliah de domingo, Jesed en la semana

Matót, aliah de domingo, Jesed en la semana. Bamidbar-Num. 30,3: "Un hombre que jure un juramento a Hashém u tome un voto de establecer una abstención sobre sí, no profanará su palabra: de acuerdo a cuanto sale de su boca, hará".
Nuestro verso se ocupa de quien jura o hace un voto ante Hashém, con su boca: ¿qué estatuto corresponde a sus palabras, en el mundo de la acción?. Con belleza presta y maravillosa, los números acuden en nuestra ayuda, para indicarnos el recto camino que nos llevará a la comprensión de lo dicho.
Un hombre, "que jure un juramento a Hashém, u tome un voto de establecer una abstención sobre sí" ("ki idór néder laHashém O hishavá' shvu'ah leEsór Isár 'al nafshó" = 2403). La Toráh dibuja frente al hombre la receta completa de conexiones y desconexiones que debe realizar para lograr un tikún (enmienda) completo. ¿Y con qué objeto podría el hombre agregar sobre sí cargas y desafíos nuevos, sin haber antes cumplido con aquéllos que el Creador le ordenó para lograr shalóm en su vida? Ya nos advirtió David: (Tehilim 34,14) "Aparta tu lengua del mal, y tus labios de decir engaño" ("netsór leshonjá merá' usfatéja midabér mirmáh"); cuando lo hayas logrado, en todo caso, conversaremos eventualmente acerca de qué más puedes prohibirte por cuenta propia, de fuera de la lista, y con qué objeto. Para completar el dibujo, acude el verso [Vaikrá-Lev. 20,7] "y os consagraréis y seréis sagrados, porque Yo (soy) Hashém, vuestro E-lokím"; y ser sagrado es apartarse: ser sagrados por vía de cuanto nos ordena la Toráh, y tomar distancia, consagrarnos respecto de la tentación de exagerar aún en lo que aparenta ser sacralidad; porque exagerar hacia fuera de los límites recibidos de Hashém nos enfrentará a riesgos nuevos, el primero de los cuales es la miskenút (de la que estuvimos estudiando en estos días), la tristeza y el tedio, la autocompasión por el peso enorme de la carga que... nos hemos impuesto a nosotros mismos.
Ese mismo hombre que jure o vote, "no profanará su palabra" ("ló iajél dvaró" = 291) -conjugado no en imperativo sino en futuro sencillo, como diciendo que no va a haber modo de que pueda profanar lo dicho-, que señala a a la vigencia de lo dicho en la (Bereshit-Gen. 1,10) "tierra" ("Erets"), y también a la otra tierra (Tehilim 118,16) "elevada" ("romemáh"): la Maljút o reinado en el mundo material, y su contraparte en el mundo espiritual. Y no sólo ello sino que "de acuerdo a cuanto sale de su boca, hará" ("kejól haiotsé mipív ia'aseh" = 697), y al decir del Rambá"m-Maimónides (Hiljót Talmud Toráh cap.1) "anciano, es aquél que ha adquirido sabiduría" ("zakén, zeh shekanáh jojmah"); y quien medite al respecto, sonreirá.


¡Cuán directo y sencillo y maravilloso!: El habla, "dibúr", sale de la raíz "davár", que es palabra y es cosa. Lo dicho, y también su reflejo en el mundo múltiple de la materia. Por tanto, ante todo, aparta tu lengua del mal y tus labios de decir inexactitudes, porque no hay ni una sóla palabra que salga de tu boca que se esfume en el viento, sino que a cuanto nazca de lo que digas habrás aún de enfrentarte. Desde la conciencia clara de esta verdad, lograrás ser sagrado, tanto en relación a la tierra como en relación al firmamento. Y ésto porque no hay expresión más elevada a tu alcance que la palabra con que podrás crear y destruir; y no hay escapatoria: de acuerdo a cuanto sale de tu boca te tocará hacer, o se hará aún en contra de tu voluntad y hasta sin tu conocimiento; y en todo caso, te tocará expiar por ello en la continuación del camino.

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