יום רביעי, 15 ביולי 2015

Masaéi, aliah del jueves, Hod en la semana

Masaéi, aliah del jueves, Hod en la semana. Bamidbar-Num. 35,1: "Y Habló Hashém a Mosheh en arvót MoAb, sobre Iardén Ierijó (Jordán, frente a Jericó) para decir".
Nada hay que dar por sentado, nada es obvio u sobreentendido. Todo el aparato que relaciona a la causa con su consecuencia está presente ante el Trono del Rey, mas no forzosamente opera a partir de los datos que podemos ver; como dicen: lo que se ve de allá, no es lo que se ve de acá. Por consiguiente, acude Hashém a hablar a Moshéh, y le deja ver entrelíneas que las razones por las que él no puede de ningún modo ingresar a la tierra de Israel, son por naturaleza invisibles a los ojos de su mente. Nuestro verso completo, en su valor 2206, lo dice claramente citando palabras de Shlomoh-Salomón (Ec. 9,11): "Pues no para los leves la carrera, ni para los vigorosos la guerra, ni para los sabios el pan, ni para los inteligentes riqueza" ("ki lo lakalím hameróts veló laguiborím hamiljamáh vegám ló lajajamím léjem vegám ló lanevoním 'ósher"). Que tienes la fuerza y el potencial ideal para algo, no determina en absoluto tu éxito en conseguirlo. En la continuación del mismo verso, agrega "y no para los que conocen, gracia" (veló laiod'ím jén): ésto se refiere a Mosheh, que no hay quien conozca y comprenda como él, y no halló gracia su plegaria para remover la sentencia e ingresar a la tierra.
Moshéh es profeta, es gobernante, es líder del pueblo. Constituye un conducto a cuyo través el Reinado de lo Alto se revela en el mundo. Por tanto, toda revelación, toda palabra que él reciba de Hashém, no a él en particular está dirigida sino "en 'arvót MoAb, sobre Iardén Ierijó" ("be'arvót moAb, 'al iardén ierejó" = 1311),(Shemot-Ex. 39,14) "a doce tribus" ("lishnéim 'asár shávet").
Hashém continúa entregando a Moshéh llaves que tocará a Israel grabar en su corazón para gozar de milagros y salvación, y una vida segura en su tierra. "En arvót moAb" ("be'arvót moAb" = 723) dice (Vaikra-Lev. 19,14) "y temerás de tu E-lokím" ("veiaréTa meE-lokéja"), y gracias a ello actuarás bien y triunfarás. Otra llave es (Bamidbar-Num. 10,9) "y seréis evocados" ("venizkartém"): la victoria definitiva sobre el enemigo que intenta arruinarnos la vida desde fuera, al tiempo que endulzamos al enemigo interior, y somos evocados para bien y bendición ante el Creador. Y para que no imaginemos por un instante que se trata aquí de un tikún-enmienda de índole espiritual, religioso, he aquí al profeta advirtiendo: (Jer. 22,13) "Oy del que construye su casa de modo injusto" ("hoy bonéh beitó beló tsédek"), ay de quien acumula riqueza y propiedades y se encarama sobre sus hermanos sin justicia, ay de nosotros si ello ocurriere entre nosotros.
La Torah especifica aún más el lugar que acoge la revelación de Hashém a Moshéh: en arvót MoAb, "sobre Iardén Ierejó" ("'al iardén ierejó" = 588), desde donde se puede ya atisbar a la tierra, y fijar la esperanza de redención completa (Jueces 1,8 y más) "en Ierushalaim" ("birushalém") donde (Job 38,6) "la piedra de esquina" ("Even pinátah") que es Even hashtiáh, la materia inicial que dio lugar al big-bang y de allí a la creación toda. Sobre ella, Ierushalaim, se tocará (Jue. 3,27) "en el shofár" ("beshofár") y por encima de ella tomará lugar "la guerra de Gog y Magog" ("miljémet gog umagóg"), toda cuya finalidad es que se cumpla en Hashém (Ez. 35,11) "y me hice conocer en ellos" ("venodá'ti bám"), y entonces sabrán todos y verán con claro y con sus sentidos (Ez. 20,26) "que Yo (soy) Hashém" ("Ashér Aní Hashém"). Moshéh condujo al pueblo de Israel a lo largo de 42 estaciones; ahora le es dado atisbar a la finalidad trascendente del camino que él inició y tocará en más a Israel continuar bajo la conducción de Iehoshú'a-Josué, hasta donde la elevación de la creación y su retorno en unión conyugal perfecta al Creador nos vuelven a la condición de piedra fundamental, todo en unión, todo en shalóm, todo es potencia y posibilidad traducibles al mundo temporal, desde una vida rectificada y buena.
Porque el objetivo trascendental del tikún que debe realizar Israel cuando recibe la bendición de asentarse en su tierra pasa por (Tehilim 67,4 y 6) "te reconocerán-agradecerán pueblos, E-lokím, te reconocerán-agradecerán los pueblos todos" ("iodúja 'amím E-lokím, iodúja 'amím kulám"), y es justamente "los pueblos todos" ("'amím kulám" = 250) que implica también (Shemot-Ex. 15,12) "por todo tiempo en que hay mundo y testigo" ("le'olám va'éd"), y dice que el objetivo maravilloso es conquistable con que sólo incida Israel en el mundo dando ejemplo de (Prov. 10,29) "camino de Hashém" ("dérej Hashém") de hacer siempre juicio justo, y siempre justicia teñida de amor, de misericordia, de piedad.

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