יום שישי, 24 ביולי 2015

Devarim, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

Devarim, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana. Devarim-Deut. 3,22: "No les temeréis, porque Hashém vuestro E-lokím es el que Batalla para vosotros".
Nuestro verso no parece necesitar mayor explicación; lo que asevera es sencillo. "No les temeréis, porque Hashém vuestro E-lokím es el que Batalla para vosotros" -nuestro verso entero, con valor 1085-, declara que el objetivo de toda guerra es enfrentar a los extremos irreconciliables (Vaikra-Lev. 10,10) "y distinguir entre lo sagrado y lo profano, y entre lo inmundo y lo impuro" ("ulehavdíl bein hakódesh ubein hajól, ubéin hatamé ubéin hatahór"), para lo cual me erguiré cada día (Shemot-Ex. 33,19) "y clamaré en el nombre de Hashém" ("vekaráTi beshém Hashém"). Cuando la conciencia colectiva está en paz con la idea de que no hay nada que temer porque la justicia dicta que Hashém luche por nosotros, entonces, tras dar vueltas alrededor de las murallas de Ierijó-Jericó, (Jos. 6,16) "y dijo Iehoshúa al pueblo: tocad teruáh" ("vaióMer iehoshú'a El ha'ám harí'u") en vuestras trompetas, porque esa es la señal para que Hashém derribe las murallas; sólo (Sam.1 12,14) "si temeréis a Hashém" ("Im tirU Et Hashém"). Y las murallas cayeron. Y no se trata de una historia del pasado, sino también de una metáfora perpetua que nos enseña cómo funciona la misma receta otra y otra (Sam.2 7,10) "como la primera vez" ("kaAshér bariShonáh"), (Zac. 14,18) "que apestará Hashém a los pueblos" ("Ashér igóf Hashém Et hagoím") que se yerguen contra nosotros.
¿Y qué dicen las letras pequeñas del contrato? También ellas, son letras grandes. "No les temeréis" ("ló tiraUm" = 688), nos remite a que no hay temor digno más que aquél que nos une (Devarim-Deut. 31,13) "a Hashém vuestro E-lokím todos los días" ("Et Hashém E-lokeijém kól haiamím"): a Hashém, el lado de la Piedad, que es el mismo que golpea para Bien en su manifestación llamada E-lokím.
Y aún más, "porque Hashém vuestro E-lokím es el que Batalla para vosotros" ("ki Hashém E-lokeijém hú haniljám lajém" = 397) reclama que sólo un "hombre de E-lokím" ("Ish E-lokím") conduzca al pueblo, tal como (Devarím-Deut. 1,5) "comenzó Mosheh" ("hoIl mosheh") y pidió para su posteridad, (Bamidbar-Num. 34,17) "y Iehoshú'a-Josué" ("veiehoshú'a") continuó tras él; y entonces el pueblo (Is. 50,10) "pondrá su seguridad en el nombre de Hashém" ("ivtáj beshém Hashém") y se aferrará a Su Toráh, y la victoria estará en sus manos aún cuando (Is. 49,18) "todos se unieron, vinieron a tí" ("kulám nikbetsú baU láj") para conquistarte: (Is. 63,13) "no fallarán" ("ló ikashélu") los soldados de Israel en su misión.
Y finalmente, ¿cuál es el horizonte del batallar divino para nosotros? "es el que Batalla para vosotros" ("hú haniljám lajém" = 235) dice que El mismo (Bamidbar-Num. 8,24) "vendrá a formar el ejército" ("iabó litsbó tsabá"), y entonces ante tus ojos, mientras te ocupas de despertar méritos con tu bienhacer ante el Creador, se llenarán de pavor ante tí (Bamidbar-Num. 10,35) "y se dispersarán tus enemigos" ("veiafútsu Oivéja"); porque (Is. 2,5) "con la luz de Hashém" ("beOr Hashém") es conducida la guerra, y nuestros soldados en el campo de batalla gozan de la supervisión permanente de Hashém (Ez. 5,8) "y pone la victoria en sus manos" ("umátslaj biédhom"), (Is. 59,20) "y viene a Tsión el redentor" ("ubá letsión goEl") muy pronto en nuestros días, sea así Su Voluntad.


אין תגובות:

הוסף רשומת תגובה