יום שבת, 27 ביוני 2015

Balák, aliah de domingo, Jesed en la semana

Balák, aliah de domingo, Jesed en la semana. Bamidbar-Num. 22,8: "Y dirá a ellos: pernoctad aquí esta noche, y os devolveré palabra tal como hablará Hashém a mí; y se sentaron los ministros de Moáv con Bilám".
Bilám, primo de las tribus de Israel, es profeta de los pueblos del mundo, aferrado al mal contra Israel. Y sabe él la verdad, y conoce los pecados y debilidades del otro de los que tomarse para mal, y conoce los momentos propicios para el mal que aprovechará para darñar. Y quién como él sabe que todo es sólo con ayuda de Hashém, que nada en sus manos se cumplirá si no cuenta con el acuerdo de lo Alto para lo que pide hacer. Tiene fe e incluso temor de Hashém, e intenta, como todo abogado experimentado de nuestros días, inclinar y hasta torcer el juicio para bien de su mandante. Llegan a él los enviados de Balák, a arrendar sus servicios, para hacer mal a Israel. Tal como él mismo dirá a continuación, Israel es un pueblo que, por naturaleza, en soledad mora y en soledad vive. El mismo es el igual complementario nuestro: Bil-ám, es "blí 'ám", sin pueblo, solo en el mundo. Y comprende que no puede decidir por sí solo acerca del pueblo que eligió Hashém para traer a su través la Toráh a este mundo.
Y en acuerdo con ello, responde: "y dirá a ellos: pernoctad aquí esta noche" ("vaióMer Eleihém línu póh haláilah" = 604), para dar a entender tres cuestiones importantes: ante todo, evocará al conjunto de "las naciones del mundo" ("Umót ha'olám", tal como son llamados todos los demás pueblos en la guemará Sucáh 52a) a quienes se debe en equidad, salvo que algún beneficio significativo le sea ofrecido por parte de alguna de ellas en particular; en segundo término, proviso que justamente de Israel se trata, estará interrogando (Bereshit-Gen. 26,27) "por qué vinisteis a mí" ("madú'a baTém Elái"), pues qué podré hacer más que levantarme (Devarim-Deut. 9,26) "y oraré a Hashém" ("vaEtapalél El Hashém"), y así sabremos si tengo permiso de realizar lo que me pedís. Más claro aún: "pernoctad aquí esta noche" ("línu póh haláilah" = 261), o sea (Bereshit-Gen. 6,11) "ante el E-lokím" ("lifnéi haE-lokím"), pues en cuanto haga estará claro que el (Shemot-Ex. 8,15) "dedo de E-lokím es" ("Etsba' E-lokím hú"), y no de él proviene la fuerza. Para alejar toda duda.
Continúa Bilám anunciando que al día siguiente, "y os devolveré palabra tal como hablará Hashém a mí" ("vehashivóti Etjém davár kaAshér idabér Hashém Elái" = 2194), y sólo Hashém [Job 13,10] "probar os probará, (aún) si en ocultamiento de rostros os elevareis": en su esfuerzo por acercar los corazones a la verdad, intenta aclarar que no ha objeto a mentir o disfrazarse, pues no habrá de ello provecho, y Hashém reprenderá a quien así haga y le hallará detrás de todo disfraz, tal como incluso a Cain preguntó (en Bereshit-Gen. 4,9) dónde está Hével tu hermano.  De los secretos del profeta, aún si apegado a las fuerzas del mal: siempre hay que acercar a los corazones a la verdad, que las personas no vivan y tomen decisiones desde sus ilusiones vanas, sino que elijan, ya para bien ya para su opuesto, desde el entendimiento cabal de sus opciones. Malvado, o sea necio (que nadie peca si no es que el espíritu de necedad entró en él, como enseñan nuestros sabios en la guemará Sotáh 3a), pero actúa sabiamente en su terreno. Para más detalle, "y devolveré a vosotros palabra" ("vehashivóti Etjém davár" = 1390) de modo tal que no podréis discutir mi respuesta que de E-lokím provendrá, y no hay en mis manos la capacidad de contradecir las leyes de Hashém, a su decir [Prov. 6,28] "si caminase un hombre sobre brasas, y sus pies no se quemaran", que no hay posibilidad alguna de abstraerse uno de la ley divina; y sólo responderé "como hablará Hashém a mí" ("kaAshér idabér Hashém Elái" = 804), que E-lokím (Tehilim 146,7) "hace juicio (justo)" ("'oséh mishpát"), y todo lo que advenga sobre ellos por haber acudido a él, les llevará de algún modo a (Devarim-Deut. 4,35) "saber que Hashém es el E-lokím, no hay más" ("ladá'at ki Hashém hú haE-lokím Ein 'ód"), que el que ejerce el máximo rigor es él mismo el que con misericordia sostiene el mundo, y todo es de acuerdo a las acciones del hombre.
Estamos hablando de una reunión de cúpula entre dirigentes máximos de una organización criminal poderosa (los ancianos de Midián y Moáv) con el mayor brujo hechicero de todos los tiempos, que persigue únicamente su ganancia sin escrúpulo alguno. Y Hashém llena el mundo y no hay lugar libre de él, como expresa el Tania; y así, la finalidad última de esta reunión no será diferente de la finalidad última de cuanto ocurre en el mundo, y dicha finalidad interior y trascendente, común a todo, es el límite superior a la conciencia individual en este mundo. ¿Con qué objeto creó Hashém su mundo? "Y se sentaron los ministros de Moáv con Bilám" ("vaieshvú saréi moAv 'im bil'ám" = 1135) nos lleva al objetivo del Creador, en primera persona como si fuera, en su creación (continua) del mundo, para construirse "una morada en los inferiores" ("diráh batajtoním", morada y presencia en lo más denso) en palabras del Ariza"l, y resultará que también ellos se sentarán allí esa noche para consagrar la voluntad de Hashém, contra su propia voluntad. Y tú, [Prov. 23,17] "no cele tu corazón de los pecados (de los pecadores), sino que sólo (se concentre) en el temor (numinoso) de Hashém todo el día", (Crón.2 35,12) "como está escrito en el libro de Moshéh" ("kakatúv beséfer moshéh") para bien tuyo siempre.


אין תגובות:

הוסף רשומת תגובה