יום שישי, 13 במרץ 2015

Vaiakhel, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

Vaiakhel, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana. Shemot-Ex. 38,1: "Y hará el altar de la 'oláh de maderas de acacias, cinco brazas su largo y cinco brazas su ancho, cuadrado; y tres brazas su altura".
Tal como la menoráh-candelabro, toda la creación es hecha y se renueva en una sóla pieza, cada parte y partícula de ella en solidaridad plena a todo el resto. Sólo que haya shalóm, y que todo funcione en completitud tal como ordena el Creador. "Y hará el altar de la 'oláh de maderas de acacias, cinco brazas su largo y cinco brazas su ancho, cuadrado; y tres brazas su altura" -nuestro verso entero, con valor 5429-, y lo que rige para el altar rige para el templo y para la ofrenda y para quien la ofrece, como queda claro en relación con el korbán de Pésaj (el cordero pascual): [Shemot-Ex. 12,4] "Y si escaseara la casa de ser para un cordero (entero), y tomará él y su vecino cercano a su casa, en abarcamiento de almas cada hombre de acuerdo a lo que come, compartirán el cordero"; de modo tal que ningún hogar, aún el que carece de suficiente patrimonio para sacrificar un cordero entero ellos solos, no quede fuera de la ofrenda de Pésaj, que es la última llave para salir de Mitsráim. Desde esta precisión solidaria, desde la preocupación por el prójimo que nace de una conciencia rectificada, de la comprensión plena de la interdependencia entre el individuo y la congregación toda, llegaremos con ayuda de Hashém a la situación prometida a nosotros desde los tiempos primeros, que es el tikún-enmienda a todo lo que nos duele y aflige también hoy: [Ez. 37,25] "Y se asentarán sobre la tierra que di a mi siervo Iaakóv, en la que se asentaron vuestros ancestros; y se asentarán sobre ella ellos y sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y David mi siervo, presidente-mandatario para ellos por siempre": una parcela obtenida sin penas tal como fue prometida a Iaakóv, asentamiento en la tierra con seguridad y en shalóm por mérito de nuestras propias acciones, y el rey bueno y tsadík-justo, que se asegura de la vigencia de la tsedakáh y la justicia en el pueblo, gobierna a perpetuidad. Por ello, yo voto.


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