יום רביעי, 11 במרץ 2015

Vaiakhel, aliah de jueves, Hod en la semana

Vaiakhel, aliah de jueves, Hod en la semana. Shemot-Ex. 37,2: "Y lo revistió oro puro por dentro y por fuera, y le hizo un ramo de oro en derredor".
El Arón Habrít (o "arca del pacto") está construido de madera de acacias, oculta dentro de un revestimiento doble de oro: tanto por dentro, como por fuera. Una madera toda ella representación de misericordia-rajamím que se instala entre las paredes de oro puro, representación del juicio-dín y del rigor. O acaso prefieras decir que la palabra "zér" (zain-reish) que tradujimos por "ramo", debe ser leída "zár" -que significa "extranjero"-, y se trata entonces de que los extranjeros, todas las naciones del mundo, se infunden de la cualidad del oro puro erigiéndose en juicio duro y riguroso, como ese "oro" ("zaháv" = 17) que es también "bueno" ("tov", porque todo es para bien, y todo es bien desde su origen en Hashém), alrededor del arca del pacto de Hashém; como si todas las naciones del mundo supervisan que Israel cumpla la misión de atraer redención al mundo, y ante la abstinencia de Israel de realizar su misión, le presionan y empujan y le oprimen hasta que retorne en teshuváh ante Hashém y, en los hechos, retorne al camino con que incidirá con bien para todos.
De modo que así es construida el arca, en cuyo interior se hallan las tablas del pacto, tanto las segundas que se hicieron vigentes como los restos rotos de las primeras (que las herramientas espirituales de Israel no alcanzaron): misericordia a modo de árbol-madera en su corazón, "y lo revistió oro puro por dentro y por fuera, y le hizo un ramo de oro en derredor" -nuestro verso entero, con valor 1750-, para anunciar la advertencia de Hashém, que dijo [Tehilim 89,33] "y retribuiré con el bastón sus crimen, y con pestes sus delito"; y sabido es que un tribunal de tsadikím (de hombres jutsos sagrados) dará sentencia sobre la tierra, y su veredicto se cumplirá desde lo Alto; entonces se levantará el tsadík frente a los jueces, temeroso del oro del juicio riguroso que las acciones del mundo propician, y argumentará: [Job 6,24] "Enseñadme, y yo callaré; y qué erré hacedme entender", porque él anhela atraer al mundo hacia la teshuváh, y hacia el mundo redención; pues argumenta su alma (Bereshit-Gen. 21,30) "pues cavé el manantial éste" ("ki jafárti Et habeEr hazóT"), porque vino al mundo a hacer brotar de él vidas. Con inocencia íntegra, con humildad, se parará frente a la justicia esplendorosa, y oirá: [Cantar 7,7] "cuánto te has embellecido y cuánto te has hecho de agrado, amor en los deleites"; porque no hay placidez feliz en lo Alto más grande que la producida por la proyección del camino de Hashém, que es hacer tsedakáh y justicia, sobre la tierra.

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