יום שבת, 6 בספטמבר 2014

Ki Tavó, aliah de domingo, Jesed en la semana

Ki Tavó, aliah de domingo, Jesed en la semana. Devarim-Deut. 26,9: "Y nos Traerá-trajo al lugar éste, y nos Dará-dio (a) la tierra ésta, tierra que mana leche y miel".
Algunos versos más arriba, la Torah comienza a desarrollar la mitsváh de las primicias de la tierra, que rige sólo cuando Israel está asentado en su tierra en plenitud sagrada, y los cohaním-sacerdotes realizan su servicio en el Templo de Ierushaláim. Entonces, toma las primeras frutas que broten cada año de tu tierra, y tráelas como trumáh (ofrenda, tributo, donación) en la festividad de Shavuót (en la que conmemoramos la revelación y aceptación de la Torah en el monte Sinai; y lo hacemos entregando de lo nuestro gratuita y laboriosamente, asemejándonos a Hashém que actúa con misericordia hacia nosotros), al Templo. Y entre todo lo que evocarás en tu discurso frente al sacerdote que recibirá tu ofrenda, declararás que Hashém te liberó de Mitsráim y te condujo por el desierto durante cuarenta años, "y nos Trajo al lugar éste, y nos Dio la tierra ésta, tierra que mana leche y miel" ("vaiebiEnu El hamakóm hazéh, vaiten lánu Et haArets hazóT, Erets zavát jaláv udvásh" = 3028), para hacer presente que mediante el cumplimiento de esta mitsvah-precepto es como si Le retribuyeras por tu derecho a poblar la tierra con seguridad y sin miedo, porque la tierra te fue dada (Ez. 45,6) "en comparación con la trumáh sagrada, a toda la casa de Israel" ("le'umát trumát hakódesh, lekól beit israEl"). En simetría con lo que ofrendes y consagres, con lo que eleves a lo Alto por vía de quienes se benefician de lo que ofrendas a E-lokím, te serán dadas las condiciones para vivir con shalóm en tu tierra. "Trumáh sagrada" ("trumát hakódesh" = 1455), es la acción de la que se deduce que genuinamente (Crón.2 11,16) "a solicitar a Hashém el E-lokím de Israel vinieron" ("levakésh Et Hashém E-lokéi israEl báU"), que (Tehilim 147,6) "derriba malvados hasta la tierra" ("mashpíl resha'ím 'adéi Arets") y ama a los jasidím que hacen Jesed-piedad con máximos esmero y belleza hasta el punto de constituirse en la enmienda de "tifEret de Jesed" ("tifEret shebajésed"), el punto de máximo esplendor y armonía del amor, de la bondad, de la voluntad de dar, de la piedad.
Aquél acerca de quien se dice "Y nos Trajo al lugar éste" ("vaieviEnu El hamakóm hazéh" = 314) es "Shad-ái", la faz divina que se traduce por "el que dijo basta" a tu sufrimiento, y se reveló entonces a Mosheh con el Nombre de su Piedad (el nombre que aludimos al decir "Hashém"; ver inicio de la parashah vaErá: Shemot-Ex. 6,2-3), y pone en tus manos un tesoro precioso bajo la condición de que "temor reverencial y miedo" ("irAh vafájad") se revelen en tus caminos, para que no corrompas ni profanes el infinito potencial sagrado de cuanto te ha sido dado en custodia (así, provisto que cuanto posees, en realidad, te ha sido dado en custodia, resultará que cuanto más tienes, más debes temer y prevenirte de la tentación de mal, de conducta abyecta, y más debes pulir y esmerar la piedad proactiva en tí). Esta tierra (proyectable a, dependiendo de quien seas, la que sea tu tierra) es (Bereshit-Gen. 27,3) "el campo" ("hasadéh") al que salió a orar Itsják-Isaac y recibió de inmediato a Rivkáh-Rebeca, y se identifica con el Pardés (o Prado de la Sabiduría) que dispuso Hashém para la peripecia de tu conciencia; y ambos debes trabajarlos con sacralidad desde la alegría y la felicidad plenas. Y aún si tus pecados provocaren que te arroje de sí la tierra, (Devarim-Deut. 30,4) "te recogerá Hashém tu E-lokím" ("ikabetsjá Hashém E-lokéja") de todo lugar al que seas enviado a purificarte en la mikveh del exilio, (Sam.1 10,2) "y te dirán" ("veAmrú Eléja") de uno u otro modo todos los pueblos en cuyo seno te asentarás: "siente" ("júsh") lo que te está ocurriendo, (Bereshit-Gen. 31,13) "y retorna" ("veshúv") a Hashém tu E-lokím, (Tehilim 33,9) "porque El Dijo y será" ("ki hú Amár vaiehí"). (Is. 19,22) "Y retornaron-retornarán" ("veshávu") a Hashém todos los que, ya en su cuerpo u en su alma, estaban (Jer. 20,6) "en cautiverio" ("bashévi"). Y clamarán sus líderes (Tehilim 68,27) "Bendecid a E-lokím" ("barjú E-lokím"), y responderá el pueblo (Tehilim 68,36) "Bendito E-lokím" ("barúj E-lokím"). Y entonces agradecerán a Hashém por la oportunidad de enmendar, y se conducirán con amor en los hechos el hombre hacia su prójimo, desde la comprensión de que Hashém (Prov. 12,1) "Ama la moral" ("Ohév musár"), ama la conducta ética y el interés de cada quien por el bien común.
Y por dicho camino, "y nos Dio la tierra ésta" ("vaiten lánu Et haArets hazóT" = 1662), para anunciarnos que [Prov. 20,10] "Piedra-pesa y piedra-pesa (distintas entre sí), fanega y fanega (medidas de volumen, distintas entre sí), abominación de Hashém también ambas", una vez más que asquea a Hashém que tuerzas tu camino para explotar a quien no tiene opción forzándole a comprar menos por más, porque sólo si ejerces el camino de Hashém de justicia caritativa te concederá Hashém estabilidad en tu tierra (en tu Maljut-reinado), por cuanto la entregará a (Is. 46,13) "Israel mi tifEret" ("israEl tifArtí"). Y no te desvíes pensando que desde el momento en que la tierra está ya en tus manos estarás por fin exento de cumplir la palabra de Hashém, porque si profanas lo sagrado se levantará dentro de tí un fiscal celoso que te increpará (Reyes1 21,19): "¿Asesinaste y también heredaste?" ("haratsájta vegám iaráshta"), y te llamará a evocar todo lo que hizo Hashém para tí hasta ahora, y a retornar a El en teshuvah completa, para endulzar tu obvia sentencia.
Porque tu retorno a la "tierra que mana leche y miel" ("Erets zavát jaláv udvásh" = 1052) se describe en términos de (Job 2,13) "y retornaron con él a la tierra" ("vaiashúvu Itó laArets"), y sólo con El, sobre quien está escrito (Tehilim 34,19) "y a los abatidos de espíritu Salvará" ("veEt dakEi rúaj ioshí'a"), puesto que es [Tehilim 33,15] "el que Crea en conjunto el corazón de ellos, el que Comprende a todas sus acciones", y te anunciará que (Bereshit-Gen. 33,10) "y Tomé-tomaré Mi ofrenda" ("velakajti minjatí"), la trumáh sagrada, que elevarás a Hashém por vía de los cohaním-sacerdotes, de los leviím-levitas, en el pobre y el menesteroso, en el huérfano y en la viuda, para erigirte en luz para los pueblos y herramienta de Shalóm en tu parcela.


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