יום ראשון, 20 ביולי 2014

Masa'éi, aliah de lunes, Guevurah en la semana

Masa'éi, aliah de lunes, Guevurah en la semana. Bamidbar-Num. 33,14: "Y viajaron de Alush, y acamparon en Refidím, y no había agua para el pueblo beber".
La décima estación en el desierto se llama "Alush", apodada "ciudad poderosa" por Ionatán ben UziEl por haber sido construida por Shishái el gigante (Iomá 10a), que convierte la tierra en destrucción. Un sitio en que el vigor de la Guevurah está potenciado hasta más allá de toda medida que podamos captar, una Guevurah capaz de devastar de un paso ciudades enteras; y quedamos perplejos ante el portento de la fuerza, nos anulamos ante (Devarím-Deut. 7,21) "Dios grande y terrible" ("El gadól venorá" = 337 = "Alush") que todo el poder le pertenece, y sólo El (Bereshit 4,17) "construye ciudad" ("bonéh 'ír" = 337); y nos llenamos de temor por la percepción de lo grandioso. Pero el tikún de esta estación no ocurrirá por vía de perplejidad sino, precisamente, por vía de nuestra seguridad en Hashém imponiéndose al espanto, como en el caso de David contra Goliat; (Vaikrá-Lev. 13,18) "y se curará" ("venirpá" = 337) quien deposita su certeza en lo Alto y cumple lo que está escrito acerca de que "Alush" tiene las mismas letras de (Tehilim 122,6) "shaAlú" (preguntad, pedid), y no en vano se nos ordena preguntar si no sabemos y pedir si necesitamos, sino que (Jeremías 10,18) "para que hallen" ("lemá'an ImtsáU" = 337). Incluso lo que aparentemente carece de proporción y medida, lo que es demasiado pesado para que podamos cargarlo, lo que parece cerrar todas nuestras posibilidades, si logramos elevarnos hasta la pregunta correcta, hasta el pedido razonable, se revelará ante nosotros en oportunidades de conquista, de control, de salvación. Sólo que no es posible realizar este tikún desde la perplejidad, ni siquiera desde el pensamiento, sino que requiere acción física superarlo: el Ba'al Haturim relaciona el nombre de "Alush" con el verbo "lalúsh" = amasar; en Alush recibió Israel el man-maná, por mérito de Sarah a quien dijo Avraham que amasara e hiciera tortas (para los huéspedes que resultaron ser ángeles). Allí, frente a la fuerza desmesurada, es necesario como si fuera "amasar" lo que hay, para dotarlo de forma y objeto nuevos, para convertirlo en algo que es posible comer.
Desde Alush viajamos a Refidím, de cuyo nombre dicen nuestros sabios (Bejorót 5b) que sale de la raíz de "rifión", relajamiento: de haber aflojado los hijos de Israel el esfuerzo de sus manos en la Torah. Refidím, la estación número 11, tiene cualidad de dá'at, donde la conexión entre lo Alto y lo bajo se revela transparente a ojos de todos. 
No supimos hacernos de la fuerza de Alush. Desde una conciencia-de-sí cual si extenuados por el esfuerzo, los hijos de Israel relajan sus manos, se sueltan de la fuerza sagrada que los anima, y pierden seguridad. Reflejo de ello, no encuentran agua que beber; y en vez de suplicar el milagro necesario, desde la mente ofuscada protestan y se rebelan contra Mosheh y contra Hashém, y exigen probar si está Hashém en nosotros. Refidím, en su valor 334, servirá precisamente en la guerra milagrosa contra Amalek, a modo de prueba que (Tehilim 34,19) "cerca Hashém" ("karóv Hashém") está, a todo quien está cerca de El.
Desde Alush, sede de la fuerza portentosa que nuestras manos pueden endulzar, hasta Refidím,representación de la conexión transparente del dá'at. Esto no es historia: es oportunidad dispuesta cada día. Sólo que no se debilite nuestra seguridad y aflojemos nuestros músculos por causa del miedo y la ansiedad, y acaso esta vez, cuando las manos de Mosheh "sean fe" (como en la guerra contra Amalek, ver Shemot-Ex. 17,12), venceremos no sólo ya a Amalek en todas sus formas sino también a todo rastro de mal de entre nosotros, y estaremos aproximando la gueUlah completa por la mejor vía: habiendo enmendado y rectificado nuestro propio camino.

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