יום שלישי, 29 ביולי 2014

Devarím, aliah del miércoles, Netsaj en la semana

Devarím, aliah del miércoles, Netsaj en la semana. Devarím-Deut. 1,46: "Y os asentasteis-asentaréis en Kadésh días muchos, como los días en que os asentasteis".
En este mundo, todo funciona sobre la base de una simetría impecable: "midáh kenégued midáh", "medida frente a medida" con precisión destellante, sobre las faces de todo el universo. A veces, se nos pierde de vista la simetría perfecta, y nos parece como si un platillo de la balanza estuviera mucho más alto u más bajo que su contraparte; pero ello no ocurre en el mundo sino en nuestros ojos, que ven poco y con estrechez, y no abarcan el espacio y tiempo a cuya inmensidad se despliega la esponja infinita de causas y consecuencias.
El tiempo de asiento en Kadésh es muy significativo: 19 años, la mitad del tiempo total que pasamos en el desierto, nos sentamos justamente en un lugar (físico, psíquico) de nombre "Kadésh" (traducible por "sacralidad" o en imperativo por "consagra"), nombre que se basta para definir el trabajo a cumplir allí. "como los días en que os asentasteis", o sea en la misma cantidad del resto de los días que pasasteis en el desierto. 
El inicio de nuestro verso viene a dibujar, tomando otro caso para ejemplo, la completitud perfecta de esta regla de oro: "medida por medida", en simetría indeclinable. "Y os asentasteis-asentaréis en Kadésh días muchos" ("vateshvú bekadésh iamím rabím") vale 1472, exactamente como lo escrito acerca del diluvio en tiempos de Nóaj (Bereshít-Gen. 7,23) "Y borró todo lo existente sobre las faces de la tierra" ("vaimáj Et kól haiekúm Ashér 'al pnéi haAdamáh"), y unos pasos más adelante, con el mismo valor, (Bereshit-Gen. 9,11) "y no se arrancará ninguna carne más por las aguas del diluvio", que ningún ser viviente morirá más por dicha causa. La sentencia y la redención que vienen en el mismo valor, y acaso el sentido íntimo del asentarse en Kadésh por muchos días pueda hacer las veces de fiel de la balanza; como ocurre con el número 300, si te topas con él: podrás relacionarlo con la fuerza del instinto ("iétser" = 300), o elevarlo directamente hasta el "espíritu de E-lokím" ("rúaj E-lokím", con igual valor); y tal como el sueño se materializa en función de cómo ha sido interpretado, así la conciencia de sí se sujeta a nuestra propia elección.
Nunca un desafío cae sobre nosotros sin que las herramientas para resolverlo estén en nuestras manos. Nos instalamos en Kadésh = "consagra"; evidentemente, para consagrarnos hemos llegado allí. "Y os asentasteis-asentaréis en Kadésh" ("vateshvú bekadésh"), en su valor 1120, nos tranquiliza en cuanto a la accesibilidad de la meta (Devarim-Deut. 30,14): "en tu boca y en tu corazón, para hacerlo" ("befíja ybilvavjá, la'asotó"); y si te caes no desesperes, puesto que (Devarim-Deut. 30,8) "y tú volverás" ("veAtah tashúv") en teshuvah por tus yerros y rectificarás tu camino. Sólo conságrate en la Torah y en asemejar tu capacidad y acción de piedad, de amor, a las divinas, y ten presente siempre que (Bamidbar-Num. 35,29) "Y serán éstos para vosotros estatuto de justicia" ("vehaiú Eleh lajém lejukát mishpát"), que los preceptos de la Torah te son caros porque te traerán hasta tu tikún-enmienda, y con ellos harás actos de amor y justicia en tu entorno.
Saldremos a un largo camino que aún continúa tras asentarnos en Kadésh "días muchos, como los días en que os asentasteis" ("iamím rabím, kaiamím Ashér iashavtém"), cuyo valor 1725 nos recuerda que al final del camino habremos rectificado (Daniel 7,27) "los reinos-gobiernos debajo de todo el firmamento", por vía de la prestancia y la labor incansable para cumplir todo lo (Devarím-Deut. 11,28) "que yo ordeno a vosotros hoy caminar", en camino inocente frente a Hashém, desde la certeza en el corazón de que, como sintetizó rabi Najman, "todo el mundo entero es un puente muy angosto, y lo importante es no temer en absoluto" ("kol ha'olám kuló guésher tsar meOd, veha'ikár ló lefajéd klal"), también con valor 1725 y no por azar. 
Parece que todos, a nivel colectivo e individual, necesitamos de un tiempo para instalarnos en Kadésh de vez en cuando, con seguridad y shalóm y fe plena, para salir al mundo con un espíritu bueno y nuevo latiendo dentro nuestro. Esto es Torah, y éste su bendito poder.





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